Decálogo ético del contador público

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partir del consejo de los padres con respecto a qué es lo mejor, desde temprana edad se debe elegir qué profesión estudiar (con la intención de ejercerla y vivir de ella y para ella); por lo tanto, se emprende el largo camino de las elecciones; decisiones que van a marcar el rumbo en adelante, pero ¿qué tan consciente se es de las consecuencias?

El valor de la profesión contable

Para quienes eligen la profesión contable es importante que, además de los conocimientos y habilidades que demanda su estudio y ejercicio, se debe ser consciente del sentido axiológico (basado en valores) de su actuación.

Santos Gutiérrez sostiene que “la necesidad de contadores públicos surge de la representatividad delegada por el Estado, por el interés público”, quienes son depositarios de fe y que están llamados a construir confianza, pues sus actos inciden directa o indirectamente en las decisiones de los demás.

Enfoque axiológico de los actos del profesional de la contaduría

La axiología (como rama de la filosofía) estudia la naturaleza de los valores o antivalores. Es, a su vez, principio fundamental de la ética junto con la deontología; en consecuencia, ofrece un sistema estructurado para el análisis de las elecciones de las personas y, por lo tanto, de sus virtudes.

Para Arroyo Estrada “las virtudes son hábitos estables del carácter de la persona, adquiridos o aprendidos con la práctica de lo que es bueno en sentido ético, pues contribuye al desarrollo de la persona como tal”. Estos hábitos pueden traducirse en buenas obras que, cuando son valoradas por la sociedad, les reconocen prestigio y construyen un buen nombre.

Por lo tanto, el compromiso que se asume al elegir la profesión contable como medio de vida, impone realizar bien el encargo, pues repercute directamente en la sociedad. Sin embargo, siempre se va a tener que librar tentaciones inherentes a esta labor, como satisfacer las ambiciones materiales “para ser felices”. Tomando en cuenta a Hernández Páez, “parece que, al acercarnos más al consumismo, damos la espalda a nuestra propia humanidad, volcándonos en una función simbólica que se asocia más con nuestra parte animal y cuya realización nos empobrece”.

Quien ejerce la profesión contable tiene una responsabilidad moral y legal a la cual hay que responder.

Una herramienta para elevar las decisiones a la conciencia es usar la razón. Immanuel Kant reconocía “la imposibilidad de ponernos de acuerdo en cuál alma, religión o dios poseen la verdad”. Este filósofo propuso un sistema: usar la razón, misma que se alimenta de conocimientos (experiencias que se van ordenando y jerarquizando), pero hay que tener cuidado de qué experiencias alimentan la razón.

Antes de actuar, hay que pensar, aquí un ejemplo:

Lo importante de las elecciones “es que actuemos racionalmente, sin necesidad de ser coaccionados [forzados] para ello; elegir lo que es correcto, aunque muchas veces, ello vaya en contra de nuestra propia comodidad”.

Ética profesional y la elección de hacer el bien

Bien dice González Hernández: “Hacer bien o mal las cosas en el trabajo que realizamos, es en donde radica la ética profesional; es un compromiso con nosotros mismos y con los demás. Por lo tanto, los profesionistas tienen una responsabilidad moral y legal que el Estado y la sociedad otorga y a la cual hay que responder”.

La profesión contable no está exenta de tentaciones y, por ello, se cuenta con un Código de Ética Profesional (CEP) que establece las normas mínimas que deben observar los contadores públicos que practican la profesión en México en cumplimiento con su responsabilidad de servir al interés público. En el Colegio de Contadores Públicos de México se realiza cada año el evento Diálogos de ética como una respuesta ante los retos que se plantean en el entorno profesional y social.

La contaduría pública, como la profesión mejor organizada en el país, está a la altura de los retos en lo económico, político y social.

Decálogo del contador público

Una propuesta comprensiva incluye (además de quienes profesan la profesión contable) a clientes, autoridades y sociedad. El Decálogo del contador público busca establecer reglas básicas y claras que faciliten su cumplimiento; dichas recomendaciones son:

La búsqueda de modelos dignos de admiración empezó desde tu infancia, ahora que eres adulto, si eliges bien, puedes ser ese modelo a seguir (para que cuando llegue el momento de que opinen sobre el balance de tu vida y obra, obtengas un dictamen limpio para honra de tu familia y de la sociedad a la que serviste).

Quienes eligen la profesión contable, además de contar con los conocimientos requeridos para el ejercicio, deben ser conscientes del sentido axiológico de su actuación.

Conclusiones

González Hernández afirma que “la ética no sólo implica buenas intenciones, si no también actuar con responsabilidad en cada una de las cosas que hacemos en el ejercicio de la profesión y en la vida cotidiana”; ser ejemplo e inspiración para las nuevas generaciones que van a tomar una de las decisiones más importantes de su vida: estudiar y luego ejercer la profesión contable.

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Referencias

• Alcalde, Escamilla, García y Montes (2018), Reflexión Ética, Universidad de Guadalajara.
• Padrón, Claudia (2010), Ensayos sobre problemas de ética en las organizaciones, Porrúa.
• Padrón, Claudia (2010), La problemática de la ética en los negocios, Porrúa.
• Santos, Edual, 2018, El contador público como causa primera y última de la confianza pública, 2022, de Contabilidad y Negocios: https://revistas.pucp.edu.pe/index.php/contabilidadyNegocios/article/view/20170/20146
• Smith, Travis (2018), Ética y super-poderes, Planeta.