Por lo anterior, no debe soslayarse que ser contador público en México conlleva un compromiso con la sociedad; esto en cumplimiento de los más altos estándares éticos en su actuar y en el ejercicio de su competencia. Los contadores públicos deben contar con un criterio prudencial, conocimientos técnicos actualizados y experiencia profesional comprobable, elementos que le permitan emitir un juicio profesional cuando así se requiera.
Ser contador va más allá del cargo y del abono; la habilidad principal para un ejercicio profesional competente es la capacidad de conocer quién es uno e identificar sus fortalezas y debilidades; sin embargo, es fundamental resaltar que para crecer, desarrollarse y sobrevivir en un mundo de negocios tan competitivo y globalizado, es necesario aprender y desarrollar ciertas capacidades.
Existen habilidades blandas (soft skills) y habilidades duras (hard skills) que todo contador público debe aprender o poseer. Aunque los conocimientos técnicos son esenciales para ejercer de forma íntegra, es importante centrarse en aquellas habilidades que son demandadas por las empresas y cuya ausencia puede suponer un obstáculo en la trayectoria profesional.
Las soft skills son aquellas que permiten a un individuo interactuar y desarrollarse en un entorno social o laboral; normalmente, están vinculadas con la comunicación: inteligencia emocional, capacidad de negociación y comunicación asertiva.
Por otro lado, las hard skills son los conocimientos y capacidades técnicas que se pueden comprobar, medir y evaluar; asimismo, se adquieren por decisión propia a través de la formación o experiencia profesional: dominio del idioma inglés, certificaciones profesionales o el manejo de un ERP contable (Enterprise Resource Planning o planificación de recursos empresariales).
Ambas habilidades son importantes para el desarrollo de un contador durante su ciclo de vida profesional, es decir, el conjunto de etapas por las que debe pasar un trabajador, desde que inicia su carrera laboral y hasta que se retira.
Jim Citrin y Rick Smith, consultores de Spencer Stuart, en su libro Los 5 patrones de carreras extraordinarias: la guía para lograr el éxito y la satisfacción, proponen tres etapas para analizar el momento en el que se encuentra la vida profesional de una persona:
Frente a un entorno empresarial cambiante, inmerso en una fuerza laboral con cuatro generaciones distintas en convergencia, las organizaciones buscan promover un entorno inclusivo y productivo, sumando a sus filas a profesionistas capaces de gestionar y guiar a equipos de trabajo, convirtiéndolos en aliados estratégicos para el cumplimiento de los objetivos definidos por la administración.
En plataformas como LinkedIn, Michael Page y firmas de atracción de talento, se ha vuelto cada vez más común que, como parte de los requisitos para ciertas vacantes de gerente, subdirector y director, se solicite contar con: Certificación General de la Contaduría Pública, dominio profesional del inglés, grado de maestría (o su equivalente), networking empresarial e inteligencia emocional. En algunos casos, el candidato puede ser descartado por la ausencia de alguno de estos requisitos (sin importar la edad o generación a la que pertenece).
A continuación, se describe la relevancia de estas habilidades blandas y duras en los procesos de reclutamiento y selección para la designación de un contador público en las empresas:
Certificación General de la Contaduría Pública |
Emitida por el IMCP después de aprobar el Examen Uniforme de Certificación, su obtención garantiza que el contador público cuenta con los conocimientos necesarios para ejercer su profesión y la calidad de sus servicios profesionales. Es reconocida en México, EUA y Canadá para ejercer como contador público certificado, por lo que se vuelve muy relevante para las empresas que reportan a una casa matriz en estos países. Su vigencia de cuatro años, con opción de refrendo al cumplir con la Norma de Desarrollo Profesional Continuo (NDPC), garantiza que el contador se mantiene actualizado. |
Dominio profesional del inglés |
Se solicita una certificación con un dominio de nivel C1 o C2 (en algunos casos, se admite el B2), niveles aceptados bajo el Marco Común Europeo de Referencia. Los exámenes que avalan la certificación son TOEFL, TOEIC, Cambridge o IELTS. |
Grado de maestría (o su equivalente) |
Se solicita contar con una maestría en Finanzas, Administración o Dirección de Empresas, además de contar con título y cédula profesional que la ampare. El objetivo es garantizar que el contador haya profundizado sus conocimientos y habilidades en un área específica. |
Networking empresarial |
Para las empresas es un plus que un contador cuente con sanas relaciones con los organismos reguladores como el Servicio de Administración Tributaria (SAT), la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), el Banco de México, la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF) o la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), por citar algunos; asimismo, es importante que el profesional forme parte de un colegio o asociación gremial de la contaduría pública. |
Inteligencia emocional |
Contar con profesionales que sepan reconocer, comprender y gestionar sus emociones hacia los demás es un pilar fundamental en las organizaciones. Cabe recordar que se trabaja con personas y se tiene que fomentar un sano clima laboral. |
El ciclo de vida profesional de cada contador público es diferente y, pese a las similitudes que pueda haber con otros colegas, es importante identificar las fortalezas y oportunidades a nivel personal y profesional, siendo la introspección la mejor forma de evaluarse individualmente. Cada contador público es dueño de su propia carrera y debe procurar vivirla con plenitud, responsabilidad profesional y ética; por ello, mantenerse a la vanguardia es una de las responsabilidades que exige la profesión.
Los contadores públicos deben estar preparados e inmersos en las tendencias actuales para seguir aportando valor; más que renovarse, hay que reinventarse.
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