Nuevos fundamentos laborales para un mundo sin fronteras

Uno de los retos actuales en las organizaciones es buscar un entorno de puestos de trabajo distinto a los ambientes y estructuras tradicionales, es decir, un entorno donde la posibilidad de experimentar y de innovar sea la constante y, en el cual, se redefinan las reglas previamente establecidas.

Este propósito se inscribe en el contexto de la cuarta revolución industrial, una etapa caracterizada por la convergencia de un amplio número de tecnologías que ayudan a construir un mundo cada vez más conectado e inteligente.

Como resultado de esta convergencia tecnológica, el conocimiento se despliega a una velocidad que nunca antes había experimentado la humanidad, con implicaciones contundentes en casi todos los aspectos de la vida. Uno de esos aspectos es el laboral y, por lo tanto, las organizaciones deben estar preparadas para afrontar ese reto del presente.

Un elemento que forma parte del mundo sin fronteras al que se está avanzando es la flexibilidad laboral, alimentada por la cultura y los distintos estilos de liderazgo.

Un primer paso para que las organizaciones logren adaptarse a las nuevas dinámicas laborales es conocer cuáles son las competencias y habilidades que requerirán en el futuro inmediato. Ello es fundamental porque los modelos de aprendizaje en las organizaciones atraviesan por un proceso de reinvención completa, en el cual, incluso, resulta valiosa la vinculación con las instituciones educativas.

Pero la transformación digital no sólo consiste en recurrir a la tecnología como habilitador; se trata de reconfigurar el ADN de las empresas y de sus profesionales, revisando aspectos clave como la cultura organizacional y sus rasgos implícitos, la colaboración, las estructuras, la definición de objetivos, así como las formas ágiles y autónomas para aplicar políticas de remuneración, desarrollo, así como del ciclo de vida del colaborador y del líder en general.

Los líderes de negocio deben guiarse por la intuición, el talento, la ética profesional y el sentido humano para generar condiciones y ambientes laborales que favorezcan a las organizaciones y a sus colaboradores.

Dicha transición también implica repensar las formas de búsqueda y atracción de talento requerido a fin de evolucionar en el campo de las competencias y pasar de un modelo de colaboradores tradicional a ecosistemas de profesionales cada vez más innovadores y competitivos.

La cuarta revolución industrial es una etapa caracterizada por la convergencia de un amplio número de tecnologías que ayudan a construir un mundo cada vez más conectado e inteligente.

Otro elemento que forma parte del mundo sin fronteras al que se está avanzando es la flexibilidad laboral, alimentada, sin duda, por la cultura y los distintos estilos de liderazgo, pero también por el modelo de experiencia del colaborador y, por supuesto, por las regulaciones y el entorno económico. Para conseguirla, muchas organizaciones están implementando versiones ágiles y renovadas de trabajo híbrido, donde la constante es adoptar lo mejor de las dinámicas virtuales y de las físicas y donde, además, prevalezca el sentido del negocio y no el estilo del liderazgo en turno.

El primer paso para que las organizaciones logren adaptarse a las nuevas dinámicas laborales es conocer las competencias y habilidades que van a requerir en el futuro inmediato.

Tomando como referencia el estudio Human Capital Trends 2019 de Deloitte, 44% de las funciones de trabajo actuales podrán ser automatizadas, lo cual no significa necesariamente una reducción de empleos, sino la asignación de funciones adicionales con perfiles más robustos, que integren la curiosidad intelectual y el desarrollo constante de las personas.

Conclusiones

Actualmente se es testigo de un cambio crucial para la humanidad y ello, como individuos sociales, pone enfrente diversos retos en materia de leyes y regulaciones, así como temas de equidad, inclusión y la forma en la que las personas se desarrollan o interactúan. Todo esto representa un desafío para la gestión del capital humano.

En ese sentido, los especialistas en recursos humanos y los líderes de negocio deben guiarse por una mezcla de intuición, talento y ética profesional, pero, sobre todo, por el sentido humano con el objetivo de generar condiciones y ambientes laborales que no sólo ayuden a aprovechar los recursos del mercado y las tecnologías actuales, sino que, favorezcan a las organizaciones y a sus colaboradores. Lo anterior permitirá establecer nuevos entornos laborales que, a su vez, contribuyan a la conformación de un mundo sin fronteras.