Carlos comenta que, durante los últimos años, se ha incrementado la escasez de profesionales contables en el sector público y privado. Frente a ello, señala la importancia de renovar la manera en que concebimos la contaduría, pues la pérdida de interés por parte de los aspirantes puede deberse a que la imagen de la profesión no resulta atractiva a los ojos contemporáneos del mundo.
Según menciona, los temas actuales que permean nuestra visión, como la globalización o el mundo empresarial, han facilitado el crecimiento de disciplinas como las relaciones internacionales o gestión de negocios; sin embargo, a pesar del componente global y universal de la contaduría, ésta no ha recibido ese mismo beneficio.
Asimismo, señala que la unificación mundial de normas y estándares profesionales ha fortalecido esa tendencia de romper barreras. De esta manera, refiere que es importante que se destaque de qué forma la contaduría se ha adaptado a los tiempos modernos para permitir un cambio en la representación de la disciplina.
Trabajar en la imagen de la contaduría para hacerla atractiva y clarificar aquellos aspectos que la componen es fundamental y, a pesar de requerir apoyo por parte de las instituciones educativas, es relevante señalar que demostrar los nuevos alcances de la disciplina también se puede hacer mediante la difusión de buenas prácticas que integran preocupaciones del mundo contemporáneo, tales como la interdisciplina, el comercio global o las nuevas tecnologías.
“Muchos de los socios que integran la firma han vivido experiencias en otros países. Siempre he recomendado esas oportunidades, pero también les pido que regresen para darle a México lo que necesita”, explica en referencia a la importancia que tiene abrirse a la comunicación y el aprendizaje sin fronteras, aspecto fundamental para EY.
Con esta perspectiva enfocada en el cambio de la profesión a lo largo del tiempo y la adopción de buenas prácticas, el contador agrega: “En EY hemos invertido, de manera importante, en la atracción de talento que nos ayude a evolucionar internamente para, después, salir al mercado a hacer ofertas de soluciones y servicios más complejos a nuestros clientes”. Además, informa que este proyecto les ha permitido impulsar el crecimiento del talento humano y la organización.
Esta labor de adopción de nuevas metodologías ya está permeada en la profesión contable e, incluso, está impulsada por las autoridades. Aplicar los avances tecnológicos a los procesos de fiscalización, el uso de herramientas digitales, así como la contabilidad y los comprobantes electrónicos, son una prueba de que la tecnología ya es un eje transversal de la contaduría; sin embargo, en EY se plantea un punto de vista más profundo en su uso.
El contador indica que lo mejor de esta visión es que permite ver oportunidades que el mercado necesita: “Como profesionales a la vanguardia, debemos traer soluciones, desde el uso de herramientas y modelos digitales en la parte de impuestos y auditoría, hasta el uso de la Inteligencia Artificial (IA)”.
No obstante, la búsqueda de soluciones, además de traer nuevas oportunidades, lleva consigo nuevos riesgos que deben considerarse. “Hay que tener cuidado porque estos aspectos que vienen llegando con el empleo de la tecnología representan riesgos, y también es algo con lo que tenemos que jugar”, precisa. Las amenazas de hackeo, robos y secuestros de información representan una realidad en México y el mundo; por lo tanto, desarrollar consciencia sobre los peligros que implica el uso de nuevas tecnologías es parte importante de su adopción.
En este tenor, EY prioriza la formación de su talento para que comprenda el funcionamiento y los riesgos tecnológicos, lo que permite que construyan soluciones informadas y óptimas. Además, ha desarrollado metodologías, políticas, reglamentaciones y cuerpos de consulta que permiten evaluar riesgos y tomar decisiones que no representen un peligro para la firma, sus socios o sus clientes. Esto no implica una negación al cambio, sino el uso responsable y cuidadoso del mismo.
Conocer los diversos aspectos que componen el uso de estas herramientas representa un reto que no puede asumirse de manera individual. Según describe De la Fuente: “Los contadores tenemos la ventaja de ser una profesión que ve 360 grados, es decir, muchos aspectos de las organizaciones, la tecnología, temas legales, financieros y fiscales, etc.; pero no podemos considerarnos capaces de solucionar todo, por ende, debemos recurrir a expertos”.
Esta visión de trabajo colaborativo no sólo impulsa el uso de la tecnología, también mejora la perspectiva de los profesionales contables y brinda a las organizaciones un abanico de opciones más grande para plantear soluciones y estrategias con mayor alcance; esto fortalece lo que se ha mencionado: “Contar con más herramientas, visiones y conocimientos permite adquirir capacidades que suman valor a una organización, como es el caso de EY”.
Actuarios, ingenieros, informáticos, abogados, economistas, ambientalistas, forenses y más profesionales se conglomeran y colaboran para brindar servicios integrales a las empresas, lo que ofrece una sofisticación que no pueden alcanzar de manera individual.
Además, esta tendencia a lo interdisciplinario no sólo fortalece a las entidades y sus servicios, sino que facilita la extensión de relaciones con clientes y otras organizaciones. Respecto de lo anterior, el contador comenta: “La oferta de servicios se ha hecho extremadamente compleja y el mundo de los negocios está dividido por segmentos. Entonces, ¿qué te parece si hablo los dos idiomas?, el que yo domino y también el de tu industria. Eso cuesta trabajo, pero si lo haces, te pone en ventaja”.
Sumado a esto, De la Fuente comenta la importancia de que el profesional contable pueda alcanzar este tipo de relaciones, ya que, su labor profesional abona en una infinidad de sectores del mundo empresarial y lo hace de forma distinta en todos ellos; por eso, se debe participar en dichos sectores de manera informada.
En esa línea, Carlos señala que para el contador es importante aprovechar esas oportunidades que el mercado propone para la profesión y, si se quiere participar de ellas, debe existir un espíritu de preparación constante. El contador puede participar en temas de control interno, asesoría contable, prevención de fraudes, práctica forense, criterios ASG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza), etc.; sin embargo, para hacerlo, debe conocer el panorama completo y saber de qué forma puede aportar.
En el caso de EY, el camino que ha tomado para abarcar estas oportunidades, además de la idea de apertura y trabajo colaborativo, ha sido la organización de la firma en torno a las necesidades del mercado; ésta se divide en cuatro líneas de servicio: auditoría, fiscal-legal, estrategia y transacciones, y consultoría.
Además, la firma ha integrado tres entidades distintas para abarcar cada segmento desde México. Mancera, S.C. (dirigida por Carlos De la Fuente) se especializa en asuntos de auditoría, EYS brinda servicios de impuestos y EYMAC se centra en brindar servicios de consultoría. Cada una se encarga de abordar un segmento, pero no para aislar los servicios; la intención es especializar, sin dejar de considerar que cada entidad compone una red que brinda, en conjunto, soluciones y servicios complejos propuestos desde la colaboración. “La idea es que somos tres aeronaves que vuelan más ligeras, pero vuelan mucho más lejos y tienen la oportunidad de crecer más rápido”, indica.
El contador Carlos De la Fuente comparte que, a pesar de la importancia que tiene abordar el mercado, es fundamental entender que “el ciclo económico es de las personas”; por lo tanto, las prácticas y visión de EY deben acompañarse de profesionales contables cada vez mejor preparados.
Aunado a esto, señala la importancia de desarrollar herramientas, habilidades y capacidades que permitan al contador aprovechar las oportunidades del mercado. Comenta que todo lo referido brinda un panorama general que permite orientar dicho desarrollo en torno a algunas áreas de oportunidad.
Primero, en referencia a la tecnología, exhorta la importancia de no sólo entender el uso de esta herramienta; también se debe buscar su aplicación de una forma creativa que permita identificar nuevas oportunidades y, para ello, se debe partir de la formación integral del funcionamiento, alcances, límites y riesgos de dichos avances con acompañamiento de expertos, cautela y responsabilidad.
Sobre la colaboración, explica la importancia de la preparación para desdibujar las líneas que nos separan como individuos y colectivos. Esta labor comienza desde aprender un nuevo idioma, además del inglés y el español, o bien, desarrollar habilidades sociales para acceder a más información y aportaciones distintas desde el contacto con otras personas.
Sin embargo, esa disposición no se reduce a la comunicación literal; la creación de espacios inclusivos y responsables también forma parte de esa labor de colaboración. Mediante el combate a la brecha salarial de género, la promoción de una cultura equitativa, así como la divulgación de principios éticos y morales, se permite la creación de redes robustas, funcionales y, sobre todo, humanas. Asimismo, respecto de la diversificación de la labor contable, el director de Mancera señala la importancia de estimular la creatividad.
Resalta que no podemos dejar de estar presentes y que es necesario cultivar la participación en el mundo porque, “si sales de él, te pierdes de mucho”. Por ello, la capacidad de realizar una tarea profesional ya no es suficiente; tiene que estar acompañada de un impulso creativo de búsqueda de nuevos enfoques y, finalmente, de la facilidad para adaptarse.
De la Fuente explica que se debe mantener una labor de análisis que permita la mejora continua y que, tanto EY como su dirección en Mancera, trabajan con el objetivo de identificar áreas de oportunidad y plantear soluciones para brindar un servicio destacable con esa misma calidad. “Vamos siempre avanzando; insisto en que no todo está resuelto, pero no lo dejamos de lado. Nos hemos ido subiendo a distintas olas de cambio, pero no sólo por subirnos, sino porque queremos que éstas se trasladen hacia nuestra organización y nos permitan dar forma al futuro con confianza”. Añade: “Tenemos un gran compromiso con la gente, con la sociedad y con nuestra profesión; por eso, aportamos lo mejor de nosotros y siempre estamos abiertos a hacerlo desde casa”.
Para el contador y para EY, acciones como modernizar sus oficinas para cubrir las necesidades de sus colaboradores, socios y clientes no sólo fortalecen la organización; buscar la eliminación de espacio desaprovechado es una acción de responsabilidad social que pretende reducir la huella de carbono y optimizar el entorno.
Esta clase de medidas, tomadas con cautela, información, asesoramiento y conciencia, son un ejemplo de que, al colaborar y prestar atención al mundo que nos rodea, se pueden alcanzar nuevas alternativas para solucionar problemas, dentro y fuera de la contaduría o el mundo empresarial. “Esta visión integradora, adaptable y en consonancia con el mundo globalizado es la imagen de la contaduría que se debe promover”, concluye.
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