Normatividad para el directivo de una empresa mexicana

El directivo de una empresa, además de sus habilidades y visión de negocio, debe fundamentarse en una normativa respaldada por su formación profesional.

Normatividad básica para el directivo de una empresa mexicana


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L.D. Jorge Eugenio Martínez Vargas Dirección en Martínez Vargas y Compañía, S.C.
Gobierno corporativo 19 de septiembre de 2024

Cuando se pregunta a los demás a qué se dedican, uno se encuentra con las más variadas respuestas, esto en función de la mayor o menor sinceridad de las personas con las cuales se está conversando. Asimismo, cuando se inicia en la actividad económica, hay alguien cercano que intimida, impulsa o estimula a seguir adelante.

Por otro lado, existen las evidentes comparaciones sociales, escolares y familiares, las cuales presionan (con o sin intención) a sentirse obligado al triunfo, sea o no vocación la carrera u ocupación elegida por uno mismo o por inercia (a petición de cualquier índole).

Ahora bien, entrando en materia, se debe considerar que un ejecutivo es aquel que ejerce funciones de responsabilidad dentro de una organización sin importar su tamaño y, más aún, cuando se trata de la propia. Existen personas que, aunque económicamente sean exitosas, comentan que la carrera a la que se iban a dedicar era la contaduría y que, además, tenían virtuosas intervenciones en ella; sin embargo, se alejaron en aras de su empresa. Otros citan que obtienen más ingresos que un profesionista con sus ocupaciones; en fin, pareciera una carrera ciega y sin meta lo que debería ser un objetivo en la vida de cada individuo.

Se recomienda disciplinar la rutina diaria para dedicar tiempo a la lectura y enterarse de conceptos nuevos para enriquecer y fomentar el conocimiento de la actividad ejecutiva.

¿Cuál es la mejor profesión que existe?, ¿la que se elige, la que gusta o la que se ejerce? Hay que analizar qué es lo que se quiere, ya sea saber más de otras áreas o desarrollar la profesión apoyándose en otras, alejándose del vicio de la “profesionitis”. Asimismo, también está la opción de dedicarse al llamado hobby, esa actividad que atrae y es, en realidad, la verdadera vocación.

Los directivos de alguna empresa, nacional o extranjera, pueden caer en la tendencia de regirse por su profesión de forma natural. Si se es contador, todo se carga a la contaduría; si se es abogado, todo se carga a lo legal; si se es administrador de empresas en cualquiera de sus especialidades, se trata de ser ordenado, pero también se puede convertir en un híbrido no necesariamente experto. Si se es dentista o médico cirujano y se obtuvo una empresa por convicción propia, herencia, conveniencia o cualquier otro motivo, ¿ahora qué sigue? Muchas veces surge esta pregunta y casi nunca se responde.

En muchas ocasiones se consideran las leyes como algo arbitrario debido a que no se está consciente de ellas, o bien, se es rebelde por naturaleza; todo ello, a pesar de estar rodeados de normas aun antes de ser concebidos.

Las consecuencias de conocer o desconocer las leyes se dejan claras por el Estado, esto para regular las conductas externas de los individuos, considerando la definición del Derecho como el conjunto de normas jurídicas que regulan la conducta externa de los individuos, así como los derechos humanos universales.

Existen leyes que, sin darse cuenta, llevan implícitas normas legales muy complejas para los “seres mortales”: la Ley del Impuesto Sobre la Renta (LISR), Ley del Impuesto al Valor Agregado (LIVA), las leyes financieras del país, etc. Sin embargo, al estar ligados al desempeño material de sus actividades, se pierde la óptica de que se trata de leyes, es decir, de esos ordenamientos que han pasado por un proceso legislativo para convertirse en legales; en ocasiones, la dinámica de la actividad hace que se subestime esa importancia.

En la actualidad, hay quienes prefieren estudiar leyes antes que especializarse en grados superiores (maestrías o doctorados). Puede haber muchos motivos, por ejemplo, adquirir un conocimiento más profundo para no compartir asuntos legales con abogados (lo cual genera una dualidad profesional que, a menudo, da buenos resultados).

Un ejecutivo es aquel que ejerce funciones de responsabilidad dentro de una entidad sin importar su tamaño y, más aún, cuando se trata de la organización propia.

¿Qué ocurre cuando no se desea estudiar la carrera de leyes?

Al igual que en cualquier profesión, siempre se deben considerar las limitaciones propias, es decir, reconocer cuáles son las áreas de desempeño que no se conocen y se deben atender para convertirse en un directivo más completo. A veces, la tentación de caer en “el mal de los cursos” hace perder de vista la realidad de los conocimientos.

La soberbia provoca la tentación de exhibir títulos a diestra y siniestra, aunque no se reflejen en los conocimientos; o peor aún, cuando se asiste a un curso o posgrado distinto a la licenciatura y se cree que se sabe más que el expositor y todos los demás. La inteligencia es muy importante, pero es perfecta si se atempera con la sabiduría.

Hay cursos, conferencias y eventos en general que invitan a reflexionar sobre las capacidades propias: Contabilidad para no contadores, Derecho para no abogados, etc. Existe gente sincera consigo misma que acepta sus limitaciones, sin embargo, ¿cuántos, realmente, no piensan así? A veces, el ego es el que decide.

Las normas morales, familiares, sociales y académicas hacen considerar que el ejecutivo de una empresa, por cultura general, seguridad jurídica personal y patrimonial, e independientemente de su formación escolar, debe tener conocimiento de una ley fundamental de la lógica: “negocio que no es negocio, no es negocio”. A continuación, se enlistan, de manera enunciativa, las siguientes normas.

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos: caracterizada por su apartado de garantías individuales y derechos humanos, la organización del Estado, las funciones de los legisladores y las facultades de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Código Civil Federal (CCF): aborda temas como contratos, matrimonio, sucesión, herencia o legado, divorcio, manutención, creación de sociedades civiles, asociaciones, entre otros. Código Penal Federal (CPF): establece los delitos y señala las conductas prohibidas, así como sus sanciones. Código de Comercio: regula los actos comerciales y a sus participantes en general.
Leyes que regulan la constitución de personas morales distintas de las civiles, como las sociedades mercantiles, cooperativas, etc. Código Fiscal de la Federación (CFF): norma los derechos, obligaciones tributarias, responsabilidades administrativas y delitos fiscales. Ley Federal del Trabajo (LFT): es indispensable para la contratación de personal en cualquier cantidad.
Leyes que sancionan la discriminación y la violencia familiar, social y laboral. Ley Federal de Protección de Datos Personales: debe considerarse siempre al manejar, conservar y divulgar información personal. Ley Federal del Derecho de Autor: son normas de protección intelectual como derechos de autor sobre distintas obras.
Ley del Seguro Social (LSS) y Ley del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit): son obligatorias para quienes ofrecen empleo; si el negocio no puede cumplir con estas obligaciones sociales, no es viable y es mejor ajustarlo o cerrarlo.

Además de estas leyes federales, existen normativas estatales, tales como el Impuesto Sobre Nóminas, entre otras.

Como se puede apreciar con meridiana claridad, el ejecutivo no puede dejar de serlo, pues aunado a sus habilidades y visión de negocio, debe fundamentarse en una realidad legal respaldada por su formación profesional. Además, debe complementarse con normas de uso común o cotidiano para hacer su actuación no sólo más segura, sino también más clara. Deberá rodearse de asesores adecuados (según sus posibilidades).

Conclusiones

Se recomienda disciplinar la rutina diaria para dedicar tiempo a la lectura y enterarse de las novedades en el Diario Oficial de la Federación (DOF) y aprender conceptos nuevos. Todo esto para enriquecer y fomentar el conocimiento de la actividad ejecutiva. Se debe ser conscientes de lo que concierne a la labor propia, pero también hay que informarse sobre diversos temas que pueden estar relacionados o no con ella.

Hay quienes conocen por sus experiencias y quienes saben por los libros; se tiene que saber y conocer, pues hay quienes saben, pero no conocen, así como quienes conocen, pero no saben, ¿cómo te conceptualizas tú?icono final



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