¿Qué debemos esperar?

Equilibro trabajo-familia: asignatura pendiente en la vida de ejecutivos

La familia y el trabajo son los ejes del futuro de un ejecutivo; comprender sus diferencias es la asignatura pendiente para lograr una existencia equilibrada y plena.

Equilibro trabajo-familia: asignatura pendiente en la vida de ejecutivos


¿Qué debemos esperar? 13 de octubre de 2023

Una de las preocupaciones que se presenta en la mayoría de los ejecutivos, conforme avanzan en la vida profesional, sus carreras son exitosas y, por ende, adquieren mayores responsabilidades, es que perciben un deterioro significativo en sus relaciones familiares.

Como resultado de lo anterior, es común que también consideren que la ausencia, así como la falta de atención a lo que sucede en el seno familiar, sea el principal motivo del desgaste e, incluso, el fracaso de dichas relaciones. Sin embargo, fenómenos como el confinamiento (producto de la pandemia) mostraron que eran sólo una parte de los factores que impiden alcanzar el equilibrio entre el trabajo y la familia.

Por lo tanto, es importante analizar de manera profunda cuáles son las características de los vínculos que unen a la persona con su trabajo y su familia, ya que, ese conocimiento es el que permite transitar hacia una vida plena, tanto en el aspecto profesional como en el familiar.

Comprender la diferencia entre la familia y el trabajo es el camino para lograr una existencia equilibrada y plena.

El trabajo se puede conceptualizar como la manifestación más alta de la capacidad transformadora de la persona; asimismo, tiene como función básica la generación de riqueza y bienestar para la sociedad.

La familia es la expresión fundamental del deseo de las personas para constituir un núcleo que les permita dar cauce a sus tendencias afectivas a través del ejercicio de su voluntad y libertad para procrear y educar; pero, sobre todo, para hacer vida en común. Reconocer estas diferencias de origen es condición prioritaria para establecer las bases que generan la armonía entre la actividad laboral y la vida familiar.

La relación de una persona con su trabajo es eminentemente económica y se traduce en términos de productividad, sueldos y prestaciones, plusvalía y seguridad social, entre otros: sin embargo, con su familia la vinculación se da a través de los sentimientos, de manera particular, por el amor que puede ser conyugal, paternal o maternal, filial o fraternal.

Por lo tanto, las características de esas relaciones son claramente opuestas. En el primer caso se puede considerar como limitada, intercambiable y temporal; para el segundo como vital, indisoluble y trascendente.

Los objetivos también tienen características propias. En la actividad profesional se busca eficiencia, efectividad y rentabilidad para obtener desarrollo personal y satisfacción; en la familia se pretende construir la unidad con autonomía para propiciar crecimiento en cada uno de los miembros y alcanzar, en conjunto, la felicidad.

En este contexto, es claro que los ámbitos laboral y familiar demandan conocimientos, habilidades y actitudes específicas; asimismo, se tiene que ser consciente de esa situación, pues lo que funciona en uno de ellos no necesariamente es adecuado para el otro; de ahí la necesidad de comprender que el equilibrio es factible de alcanzar a partir de la conciencia de las diferencias.

El trabajo es la manifestación más alta de la capacidad transformadora de la persona y tiene como función básica la generación de riqueza, así como el bienestar para la sociedad.

El desafío es complejo, las variables no son lineales (pocas cosas en la existencia humana lo son), pero la inteligencia de las personas, unida con su voluntad por alcanzar metas superiores y, sobre todo, la libertad de querer hacerlo con la intención de construir un mundo mejor, es la clave para consolidar a la familia como el garante no sólo de la sobrevivencia de la especie, sino de la trascendencia de ésta; lo anterior al ser el medio de transmisión de los más altos principios de la humanidad (la generosidad y la solidaridad).

Conclusiones

La familia y el trabajo son los ejes del futuro de la humanidad; comprender sus diferencias es el camino para lograr una existencia equilibrada y plena, al igual que aceptar que no son excluyentes, sino complementarios y parte integral de nuestra propia naturaleza.



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