Por ello, los responsables de la administración deben garantizar (a sus accionistas) la existencia de la entidad bajo un futuro previsible en todo momento, es decir, en un periodo de tiempo que puede ser más allá de lo inmediato.
La administración de una empresa se refiere a aquellas personas a las que los accionistas les confían las decisiones de su organización para garantizar su correcto funcionamiento, definición y cumplimiento del plan estratégico y financiero.
De acuerdo con el tamaño de la empresa y bajo las más sanas prácticas, la administración puede estar integrada por un consejo de administración y el comité de dirección, o bien, un administrador único.
En cualquiera de las opciones, cada uno tiene claras sus funciones ejecutivas dentro de la empresa que gestionan, esto con el objetivo de garantizar a la asamblea general de accionistas los siguientes aspectos:
Las Normas de Información Financiera (NIF), emitidas por el Consejo Mexicano de Normas de Información Financiera y de Sostenibilidad (CINIF), a través del postulado básico de negocio en marcha del capítulo 20 de la NIF A-1, Marco conceptual, y la NIF A-2, Incertidumbres sobre negocio en marcha, permiten a los responsables de la administración realizar una constante evaluación de la posible continuidad de la entidad.
Este postulado básico de las NIF establece que: “La entidad económica se presume en existencia permanente dentro de un horizonte de tiempo ilimitado, salvo prueba en contrario, por lo que las cifras de los estados financieros deben presentar valores basados en ese supuesto con base en las NIF”.
La base fundamental para realizar la evaluación sobre el negocio en marcha se respalda en los estados financieros elaborados por un contador público (bajo las NIF vigentes), lo que permite a la administración partir de información basada en un marco contable, reduciendo discrepancias de criterio que pueden resultar en diferencias materiales para la entidad.
La emisión de los cuatro estados financieros básicos a una fecha determinada permite realizar proyecciones financieras a corto (de uno a cinco años) y largo plazo (de 12 años o más) sobre ventas o ingresos, costos y gastos, contribución marginal, gestión de capital, flujo de efectivo e inversiones, amortización de préstamos y dividendos a accionistas.
Lo anterior facilita la realización de un análisis financiero detallado sobre rentabilidad, solvencia, liquidez, eficiencia operativa y quiebra técnica, prevista en el artículo 229.° de la Ley General de Sociedades Mercantiles (LGSM).
Poner en práctica el análisis financiero permite a la administración identificar desviaciones y tendencias para la oportuna toma de decisiones. Un claro ejemplo de ello sucedió durante los ejercicios 2020 y 2021, donde la mayoría de las empresas tuvieron que incorporar los efectos por Covid-19 en sus modelos financieros.
Aunado a lo referido, se debe realizar un análisis de negocio conocido como benchmark o punto de referencia, el cual permite hacer comparaciones sobre productos, precios, servicios y clientes con posibles competidores a fin de evitar que se caiga en un riesgo de concentración; es decir, la dependencia de un sólo cliente, proveedor, tipo de activo o emisor de valores, poniendo en peligro la solvencia o situación financiera de la empresa.
Para que esta información no se genere de manera aislada, la administración debe emitir un informe (al menos, de forma trimestral) que le permita revelar a los accionistas la situación sobre la solvencia y condición financiera de la entidad, esto como parte integrante de los estados financieros.
A partir del 1.° de enero de 2026, entra en vigor la NIF A-2, Incertidumbres sobre negocio en marcha, con el objetivo de identificar las incertidumbres importantes sobre las cuales una entidad pueda operar de manera normal como negocio en marcha.
Durante el desarrollo de sus actividades, una entidad puede presentar eventos y condiciones que generen incertidumbre sobre su continuidad; por ende, debe evaluar dicha presunción de forma constante y determinar si la base adecuada de preparación de sus estados financieros es como un negocio en marcha o no, tal como lo establece la NIF A-2. Para ello, el CINIF ha definido las reglas de valuación, revelación y presentación para cuatro escenarios:
La norma establece que la entidad deberá valuar sus activos y pasivos utilizando el Valor Neto de Liquidación (VNL), el cual corresponde al monto estimado de lo que espera recibir por la recuperación de un activo o la liquidación de un pasivo. Asimismo, la entidad deberá revelar sus cifras en dos estados financieros: estado de activos (pasivos) netos en liquidación y estado de cambios en activos (pasivos) netos en liquidación.
Una de las principales responsabilidades de la administración de una entidad es garantizar a los accionistas la continuidad del negocio frente a un futuro previsible, así como la protección de su patrimonio, previendo escenarios optimistas y pesimistas que permitan incorporar todos los efectos políticos, económicos y de mercado, de los cuales no se puede tener control para mitigar o anular los que generen incertidumbre sobre el negocio en marcha.
En la sostenibilidad empresarial, el contralor apoya en la preparación del informe de sostenibilidad y en integrar criterios ASG en los estados financieros.
Eduardo Pérez PérezTener la información actualizada de cada cliente y conocer su situación financiera brinda herramientas para predecir la incobrabilidad de créditos.
Stefani Ivonne Ferreira RuízEs necesario construir una buena colaboración en el equipo de liderazgo, donde se promueva el crecimiento de la empresa y de sus integrantes.
Mauricio Brizuela ArceCuando la tasa de interés llegue al nivel óptimo para arrancar los proyectos de inversión, la economía mexicana mostrará un comportamiento más dinámico.
Salvador Rivas Aceves© 2025 Colegio de Contadores Públicos de México, A.C.
Directorio Contacto Aviso legal Acerca de VeritasInicia sesión o suscríbete para continuar leyendo.