Gestión de riesgos: del impulso a la prevención efectiva

La cultura de gestión de riesgos es clave para el desarrollo de una empresa, pues impulsar una prevención efectiva asegura la estabilidad y el éxito de la organización.

Gestión de riesgos: del impulso a la prevención efectiva


N67303
René Nájera Buitrón Socio de Asesoría en Riesgos en Deloitte
N75253
Ivonne Alejandra Plascencia Carbajal Consultora de Asesoría en Riesgos en Deloitte
Riesgos 18 de octubre de 2023

Aunque la gestión de riesgos pareciera ser un tema de reciente adopción en el mundo empresarial, la realidad es que ha estado presente en las compañías a lo largo de la historia. El hecho de que las “empresas de éxito” más longevas subsistan y prosperen se debe a que han sabido, de distintas maneras, enfrentar múltiples desafíos.

En otras palabras, los riesgos son algo inherente a los negocios, sin importar el tipo de empresa o de industria de la que se hable; sin embargo, en los últimos años, la conciencia de que existen, así como la importancia de su gestión, han adquirido un papel cada vez más relevante.

El trabajo de concientización acerca de los riesgos resulta indispensable hoy en día; asimismo, conlleva un impulso desde el interior de las organizaciones. No obstante, dicho estímulo debe estar dirigido a las necesidades correctas; esto con el fin de que no existan esfuerzos desequilibrados (laxos en algunas áreas o excesivos en otras) en la gestión de riesgos.

Conocer los distintos riesgos y las herramientas preventivas necesarias, permiten identificar oportunamente las amenazas que inciden en el cumplimiento de los objetivos.

Para identificar los diversos riesgos y su correcta atención, es de suma importancia comenzar por definir el concepto mismo de riesgo con el objetivo de destinar los recursos necesarios, así como llevar a cabo acciones preventivas en las áreas fundamentales.

Riesgo se entiende como el potencial de pérdida o disminución de ganancia, éste es causado por factores que pueden afectar (de forma adversa) el logro de los objetivos. Debido a que cada empresa tiene diferentes tipos y niveles de objetivos, cada una de ellas enfrenta distintos riesgos (de acuerdo con sus prácticas y necesidades).

De manera general, los tipos de riesgo a los que se pueden enfrentar las organizaciones son los siguientes:

Operativos: aquellos que impactan directamente en los objetivos de los procesos y, como su nombre lo indica, en las operaciones de la compañía.

  • Deben ser mitigados por medio de controles (actividades al interior de los procesos)
  • Se documentan en matrices de riesgos y controles que, posteriormente, serán verificados por un tercero independiente (generalmente por la auditoría interna)
  • Se verifica que los procesos se lleven a cabo conforme a lo diseñado (y que se cumpla con los roles de mitigación)
  • Los principales responsables de gestionarlos son los encargados de cada proceso

A nivel entidad: son los que afectan directamente a los objetivos de lo que la empresa define como entidad (compañías dentro del grupo, plantas productivas, países, etc.).

  • Deben ser gestionados por el responsable último de cada entidad (quien se puede apoyar en su equipo directivo)

Estratégicos: impactan la estrategia de la empresa en sus posiciones más altas.

  • El responsable último de gestionar es el director general (quien se apoya en los miembros de la alta dirección para atenderlos)
El hecho de que compañías exitosas subsistan y prosperen se debe a que han sabido enfrentar múltiples desafíos de distintas maneras.

Los dos últimos niveles de riesgo registran sus acciones en un documento llamado Ficha de riesgo, el cual advertirá los puntos a tratar por medio de planes de mitigación, controles o planes de acción. Dichas actividades también deben ser revisadas por un tercero independiente, el cual verifica que se realicen conforme a los tiempos y marcos operativos y legales definidos.

Para cualquier riesgo, independientemente del nivel en que se encuentre, la metodología de gestión se compone de cinco etapas:

Metodología gestión de riesgos

Estas etapas delimitan las formas en que se abordará cada caso. Cuando se gestiona un riesgo es importante poner especial atención en la primera etapa, ya que, al identificarlo claramente, será posible implementar los recursos necesarios para darle seguimiento de manera efectiva.

Así como la empresa destina una determinada cantidad de recursos y personal para el cumplimiento de los diferentes niveles de objetivos, debe seguir ese mismo procedimiento al mitigar y categorizar los riesgos. El responsable de cumplir los objetivos debe ser también quien supervise y salvaguarde cada proceso de mitigación de riesgos.

Conclusiones

Promover una cultura de gestión de riesgos resulta clave para el desarrollo de una empresa. Conocer los diferentes tipos de riesgo, así como las herramientas preventivas necesarias, permitirá que el personal identifique oportunamente las amenazas o impactos que incidan en el cumplimiento de sus objetivos, asegurando con ello la estabilidad y el éxito de la organización.



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