Cinco minutos de gobierno corporativo

Cooperación: un valor que perseguir y una habilidad que dominar

Cuando no hay cooperación en una organización, cada departamento persigue sus propios objetivos y se olvida de buscar el bien de la organización.

Cooperación: un valor que perseguir y una habilidad que dominar


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C.P.C. y P.C.CO. Mauricio Brizuela Arce Socio en Salles, Sainz - Grant Thornton, S.C.
Cinco minutos de gobierno corporativo 10 de noviembre de 2025

Sabemos que toda empresa tiene su misión, visión y valores. Entre los valores más comunes es fácil encontrar innovación, excelencia y calidad, pero, ¿qué tal la cooperación? A mí me parece fundamental e igual o más importante que la innovación o la excelencia, y ya lo explico.

En todo el mundo, a los directores generales de hoy en día se les exige un perfil diferente al de hace unos 20 años, el cual es el que casi todos conocemos, pues se ha vuelto arquetípico: un tipo analítico, calculador, estratégico y, a veces, arrogante. De hecho, se ha vuelto parte del imaginario colectivo la idea de que un CEO es prácticamente un desalmado, ya que, de cuando en cuando, se pueden leer encabezados en redes sociales como: “Uno de cada cinco directores generales son psicópatas”.

No obstante, la realidad apunta al lado contrario. Hoy en día, el perfil ideal de CEO ya no se trata sólo de experiencia en el sector, conocimientos financieros y un enfoque utilitarista.

Nuevo modelo de liderazgo de un CEO

Nuevo modelo de liderazgo de un CEO

Lo que las empresas buscan ahora, con gran énfasis, son líderes con sólidas habilidades sociales. Uno de los estudios que son contundentes al respecto es uno publicado en la revista Harvard Business Review, el cual analizó 5,000 descripciones de puestos para roles directivos (director general, director de finanzas, de operaciones, etc.).

Uno de los hallazgos es que hubo un aumento del 27% en las ofertas de trabajo de alto nivel que enfatizaban las habilidades sociales durante el periodo examinado por los autores; mientras que las ofertas de trabajo que resaltaban las habilidades duras disminuyeron un 38%. Las habilidades sociales mencionadas por el estudio son la empatía, la autoconciencia, la comunicación y la escucha activa, entre otras.

Si no hay una visión en común, podrá haber valores, pero la misión de las organizaciones queda como un mero adorno.

¿A qué se debe esta tendencia?

El estudio señala algo que, a estas alturas, conocemos bien: el trabajo es cada vez más complejo, más especializado y centrado en la tecnología; hay más diversidad en las empresas, es decir, más mujeres, personas de la comunidad LGBTQ+ y más generaciones, desde baby boomers hasta la generación Z; asimismo, como no sucedía antes, las empresas se enfrentan a un mayor escrutinio público.

Estas condiciones exigen líderes hábiles para la comunicación, que sepan forjar relaciones entre diversos colaboradores para resolver problemas que, cuando no son difíciles, son inéditos, y que una sola persona, por más talentosa que sea, no podría resolver por su cuenta.

Exigencias medioambientales

Se trata de un factor que, dicho sea de paso, es un ejemplo de ese tipo de problemas que se deben resolver a través de la cooperación. Las empresas deben colaborar con agencias gubernamentales, competidores, corporaciones transnacionales, organizaciones sin fines de lucro y entidades extranjeras para encontrar soluciones sustentables que permitan el crecimiento económico en un mundo cada vez más conectado, pero también más limitado en cuanto a recursos.

Atrás quedó o quedará el paradigma de que los negocios son como la guerra o como la ley de la selva, tal como predicaba el dueño de McDonald's en la película The Founder, filme que ayuda a entender los vicios de un sistema capitalista cuando a sus jugadores les sobra ambición, pero carecen de ética.

La raza humana, después de todo, se convirtió en la especie dominante de este planeta gracias a la cooperación. Nuestros antepasados cazaron en manada a animales mucho más grandes y fuertes; se dividieron tareas, es decir, uno cazaba, otro recolectaba y alguien más cocinaba. La colaboración es una habilidad esencial para la vida productiva, y yo la definiría como la capacidad de trabajar en conjunto para alcanzar un propósito común.

Entonces, si colaborar es clave para alcanzar un propósito común, como la misión y la visión de una organización, ¿por qué la cooperación no es un valor imprescindible en cada empresa del planeta? Creo que esto se debe a que, a veces, la damos por sentada.

Los estudios nos dicen que los directores generales (y otros líderes de alto nivel) no pueden limitarse a dominar conocimientos técnicos y dedicar la mayor parte de su tiempo a realizar tareas operativas rutinarias; al contrario, necesitan destinar una cantidad significativa de tiempo a interactuar con otras personas y facilitar la coordinación entre ellas, comunicando información, fomentando el intercambio de ideas, formando y supervisando equipos, así como identificando y resolviendo problemas.

Por supuesto, no todo es miel sobre hojuelas. Para llegar a un estado de cooperación casi perfecta, se necesita navegar por la indiferencia, los choques de puntos de vista, aprender a tener conversaciones difíciles, etc. Saber cooperar también implica negociar, saber dar sin exagerar y recibir sin abusar.

La cooperación es fundamental e igual o más importante que la innovación o la excelencia.

Cuando tengo oportunidad de platicar con jóvenes recién egresados de la carrera de Contabilidad, la misma que tuve la fortuna de haber cursado, hago énfasis en que su profesión debe ir más allá de registrar o vigilar las operaciones contables y financieras de la empresa; el contador también puede y debe proponer. Con base en la información que conoce y domina, puede comunicar, proponer, negociar e incluso coordinar la ejecución de soluciones para mejorar las operaciones de su organización. Esto es cooperar.

Por el contrario, cuando no hay cooperación en una organización, cada departamento persigue sus propios objetivos y, en vez de ver por el bien de la organización, ve por sus propios intereses. Si no hay una visión en común, podrá haber valores, pero la misión queda como un mero adorno.

Conclusiones

La cooperación es el pegamento que mantiene unidas a nuestras organizaciones y a nuestras sociedades, y aunque de pronto parezca contraintuitivo en nuestro contexto que privilegia el individualismo, esta contribución debe ser nuestra prioridad: un valor que perseguir y una habilidad que dominar.icono final



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