La incertidumbre se ha convertido en la norma dentro de las empresas en todos los ámbitos; pasará mucho tiempo para que algo de estabilidad se instale nuevamente en el día a día. Por eso, los puestos de liderazgo deben dejar de esperar que este ajuste ocurra en los días por venir y, en su lugar, aprender a abrazar lo inestable como si fuera la nueva norma (porque lo es).
Es necesario hallar la manera de ver la incertidumbre con otros ojos; no como algo que no se puede controlar, sino como la oportunidad de redefinir esas habilidades y actitudes que son necesarias para estar al frente de equipos, proyectos y empresas.
Por ejemplo, ghSMART, la consultora enfocada en mejorar el trabajo de los líderes, dice que una de las características que distingue a una persona en puestos de liderazgo del resto, no es que tome decisiones correctas y perfectas todo el tiempo, sino que tenga la habilidad de tomarlas “rápidamente, con confianza y de manera consistente, incluso frente a la incertidumbre o información limitada”. Es decir, encontrar lo bueno que trae lo incierto.
A nivel general, cuando se enfrentan épocas que parecen inestables, los puestos de liderazgo pueden aprovechar la situación para poner atención a aspectos clave del negocio que, en situaciones más rutinarias, se pasan por alto.
Uno de los pioneros en teoría de liderazgo, Ronald Heifetz, destaca que un líder debe contar con ciertas características que lo señalan como alguien deseable en momentos inciertos. Según se cita en un artículo de Forbes Argentina, “el liderazgo no se paraliza ante estas situaciones, sino que aprovecha la incertidumbre del presente para darle un cierre al pasado mediante el cambio de reglas del juego y la redefinición de la organización y las tareas”.
Un buen liderazgo puede identificarse a partir de la manera en que un líder gestiona sus actividades y sus equipos:
Lo que la incertidumbre enseña es que la búsqueda del perfeccionismo ya no es una cualidad deseable, ya que, quienes la persiguen, suelen congelarse cuando no controlan las condiciones para alcanzar los resultados planeados. Si se tiene la voluntad necesaria, no es descabellado pensar que, para llegar a un punto, existen muchos caminos posibles. Lo único que se necesita es perder el miedo a tomar algunos riesgos frente a la incertidumbre, ¿y qué es realmente la vida sin riesgos?
Cuando no hay cooperación en una organización, cada departamento persigue sus propios objetivos y se olvida de buscar el bien de la organización.
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