La inclusión financiera es un concepto que ha sido ampliamente discutido en los últimos años, esto por la importancia reconocida de los instrumentos y servicios que se ofrecen en los mercados financieros con el objetivo de impulsar el desarrollo de las sociedades. Dicho en otras palabras, si se quiere prosperar como personas, familias y sociedades, es necesario tener un conocimiento financiero robusto que permita usar los productos y servicios ofertados en los mercados financieros para mejorar las condiciones de vida.
La evolución observada en los últimos años en el ámbito financiero se ha caracterizado hacia la innovación tecnológica guiada por emprendimientos Fintech.
Desde un punto de vista más formal, de acuerdo con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), estar incluido financieramente significa contar “con acceso y uso de servicios financieros formales, bajo una regulación apropiada que garantice esquemas de protección a las personas usuarias y promueva la educación financiera para mejorar la capacidad económica de todos los segmentos de la población”.
Lo que la autoridad refiere es que se debe contar con conocimientos suficientes sobre los diferentes productos y servicios financieros para que empresas y personas puedan hacer uso de estos (de la manera más apropiada), al tiempo que los proveedores puedan hacerlo de manera competitiva y justa para la sociedad.
No obstante a lo anterior, los resultados de estos esfuerzos del sector público no han sido muy alentadores, ya que, de acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) de 2021, el número de personas con al menos un producto financiero, disminuyó proporcionalmente respecto a los referentes de 2018 y 2015, donde se reportaron magnitudes de 68.3 y 68.4% (respectivamente), mientras que, para 2021 fue de 67.8%. Este resultado, diferenciado por género, muestra un comportamiento divergente, pues para los hombres aumentó de 71.8 a 74.3% entre 2018 y 2021; por su parte, para las mujeres se redujo de 65.2 a 61.9% en el mismo periodo, lo que destaca las diferencias asociadas al género.
El mismo informe muestra las diferencias que existen de inclusión financiera en las regiones del país, teniendo su nivel más alto en el noroeste: proporción de 77% de la población con al menos un producto financiero; en la zona sur con 60.1%, tal y como se observa en la siguiente tabla.
| Región | Entidades | 2021 | 2018 | ||
| Mujeres | Hombres | Mujeres | Hombres | ||
| Noroeste | Baja California, Baja California Sur, Sonora, Chihuahua, Sinaloa y Durango | 71.0% | 80.7% | 79.7% | 85.0% |
| Noroeste | Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí, Tamaulipas | 71.2% | 83.1% | 68.7% | 82.4% |
| Occidente y Bajío | Nayarit, Zacatecas, Aguascalientes, Jalisco, Guanajuato, Querétaro, Colima y Michoacán | 64.0% | 74.9% | 60.4% | 73.5% |
| Ciudad de México | Ciudad de México | 71.8% | 77.1% | 72.5% | 71.7% |
| Centro Sur y Oriente | Hidalgo, Estado de México, Tlaxcala, Puebla y Veracruz | 53.1% | 72.6% | 57.7% | 63.3% |
| Sur | Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Tabasco, Campeche, Quintana Roo y Yucatán | 57.7% | 63.0% | 68.4% | 66.8% |
Fuente: elaboración propia con datos de la ENIF 2021.
Por otro lado, al comparar la inclusión financiera en México con otras partes del mundo, así como su evolución en la última década, se observa que los niveles son sensiblemente menores que las referencias contenidas, incluyendo los datos promedio en Latinoamérica y el Caribe, así como en el mundo. También se destaca que dicho comportamiento va mejorando con el tiempo, particularmente entre 2017 y 2021, derivado del impulso que tuvieron los servicios financieros digitales durante la contingencia sanitaria.
Fuente: elaboración propia con la base de datos Global Findex Database 2021.
Dicha emergencia sanitaria fue el escenario perfecto para un impulso a los servicios financieros digitales, mismos que ya habían comenzado a hacerse presentes por medio de la llamada “revolución Fintech”, que ha significado una transformación importante hacia la creación de productos y servicios financieros con base tecnológica.
Por lo tanto, se destaca que la aparición de los servicios Fintech está considerada como una vía para la democratización de las finanzas en la sociedad, donde históricamente ha habido grandes grupos excluidos por su vulnerable condición económica.
Una Fintech es definida de la siguiente manera: “Es una industria naciente en la que las empresas usan la tecnología para brindar servicios financieros de manera eficiente, ágil, cómoda y confiable”. Dada la gran cantidad de iniciativas que, en los últimos años a lo largo del mundo, van surgiendo con este concepto, se ha considerado que pueden representar el medio para impulsar drásticamente la inclusión financiera, pues en su informe titulado Estado de la inclusión financiera después de la COVID-19 en Latinoamérica y el Caribe: nuevas oportunidades para el ecosistema de pagos, Mastercard señala lo siguiente: “Les están ofreciendo a los consumidores nuevas experiencias de usuario digitales, tarifas más bajas, acceso al comercio electrónico y educación financiera digital. Tan sólo en los últimos cinco años, las billeteras digitales han democratizado el acceso para más de 115 millones de personas”.
La gran variedad de necesidades de productos y servicios financieros que tienen las sociedades ha permitido el impulso de estas empresas financieras a lo largo del mundo, encontrando oportunidades para generar valor para la sociedad en pagos digitales, activos virtuales (criptomonedas), plataformas para inversión en mercados, asesoría financiera para inversión y crédito, financiamiento colectivo (crowfunding), plataformas para adquisición de seguros (insurtech), entre otros.
El éxito de estas organizaciones ha sido tan importante que ha motivado a las entidades financieras tradicionales a desarrollar esfuerzos importantes para su digitalización, lo que llevó, en algunos casos, a construir alianzas entre entidades tradicionales y Fintech, así como a inversiones importantes de las primeras, para la creación de lo que se conoce ahora como banca digital.
Pero quizá el resultado más importante de la aparición de las Fintech ha sido la inclusión de grandes sectores de la población ignorados en los sistemas tradicionales financieros, ofreciendo un vehículo para acercarse a los productos y servicios financieros digitales, tal como lo reportó FinTech México en su informe 2023, al indicar que 42% de los usuarios de esta tecnología no habían tenido experiencia previa en los mercados financieros.
En el mismo estudio se encontró que 9% de los clientes de estas empresas son micro (menos de 10 trabajadores), 25% son pequeñas (menos de 50 trabajadores) y 32% son medianas (hasta 250 trabajadores), lo que deja ver la orientación importante hacia los segmentos que tradicionalmente no están incluidos financieramente.
De esta manera, la cantidad de personas y empresas que se incluyen financieramente está creciendo y se contribuye al desarrollo productivo. Por eso es importante el establecimiento de un marco regulatorio que les permita crecer en la sociedad, a la vez que ofrezca garantías para los participantes, pues cabe recordar que estas entidades trabajan con recursos de terceros, por lo que, un mal funcionamiento o incentivos perversos pueden generar problemas económicos mayúsculos.
Asimismo, es importante destacar el esfuerzo que deben hacer los gobiernos por la transparencia y la rentabilidad de las inversiones sociales, pues sin duda, uno de los temores más grandes de la digitalización es la trazabilidad de las operaciones financieras y, con ello, la fiscalización de las personas y empresas que, al no aceptar la manera en la que se administran los recursos públicos, deciden mantenerse al margen del sistema financiero formal.
La evolución que se observa en los últimos años en el ámbito financiero se ha caracterizado hacia la innovación tecnológica guiada por emprendimientos Fintech, que generalmente parten de ideas innovadoras que resuelven necesidades insatisfechas de la sociedad en materia financiera. Pero ese tipo de innovaciones no es exclusivo de las finanzas, por lo tanto, hay que estar atentos a la manera en la que los negocios están cambiando en la industria para no quedar fuera de la competencia en los mercados.
Así como se acuñó el término Fintech, otros han aparecido bajo ese mismo espíritu, que no necesariamente hablan de finanzas, pero que están estrechamente relacionados con la forma en la que evolucionan y en la manera en la que se fondean los recursos para hacer crecer a las empresas. Ahora se escucha hablar de Agtech, Foodtech, Insurtech, Climatech, Innovatech, Proptech, Edtech, Femtech, Biotech, Retailtech, Healthtech y cada vez más términos, mismos que tienen como fundamento la innovación tecnológica para impulsar las soluciones de la sociedad en sus respectivos sectores.
Es momento de abrir las antenas y estudiar cómo se está dando la evolución en el sector económico para comenzar a plantearse innovaciones y no quedarse al margen de éstas, pues ello significaría la pérdida de competitividad, así como una seria amenaza a la sobrevivencia del negocio. Para innovar se requieren recursos que las Fintech están interesadas en ofrecer, así como acompañar a esos procesos de transformación en cualquier sector.
Bajo ciertas circunstancias, hay autoridades específicas que están facultadas para solicitar información confidencial amparada por el secreto bancario.
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