Importancia de la formación del criterio profesional

La formación del criterio profesional es de suma importancia en el ejercicio de la profesión contable, ya que, los servicios que se prestan son de repercusión social significativa.

Importancia de la formación del criterio profesional


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L.C. Marysol Rocha Vázquez Gerente en Herdez, S.A. de C.V.
Ética y sustentabilidad 01 de febrero de 2023
U

n preámbulo adecuado es comenzar por lo fundamental, es decir, definir etimológicamente el término “criterio” que deriva de “juzgar”, lo cual debe ser realizado con bases, fundamentos, soportes y conocimiento basto para no caer en cualquier tipo de subjetividad.

Ahora bien, para una comprensión más completa del significado, hay que remitirse a un juicio, discernimiento o decisión adoptada; a su vez, la palabra “juicio” conlleva la acción de emitir una opinión o dictamen respecto a lo evaluado (sobre alguna cuestión en particular). Una vez desempolvado lo teórico, se aborda la actuación.

Desde el punto de vista financiero, el criterio es un ingrediente de suma importancia en el ejercicio de la profesión, pues los servicios que se prestan son de una significativa repercusión social.

Es de suma importancia acentuar la necesidad de contar con herramientas adecuadas para el buen desempeño de “la capacidad que debe tener el contador para aplicar conocimientos técnicos, resultado de la experiencia y las características especiales de cada caso en concreto, con el objetivo de resolver las problemáticas que se presentan, seleccionando de entre diferentes alternativas posibles, la que más se adecue a las necesidades y deseos de quién recurre a sus servicios o asesoramiento dentro del marco normativo, jurídico y técnico que regulan las materias bajo su ámbito de incumbencia profesional” (Tkaczek, 2009).

En otras palabras, se debe aplicar el marco teórico que mejor refleje el fondo de las operaciones analizadas, por lo que, el entendimiento total debe ser muy claro. Así también, es de suma importancia el soporte de la información que respalda la consulta solicitada.

Lo anterior es un gran recordatorio; como integrantes de un núcleo laboral, constantemente se deben aplicar criterios robustos, ya que, en todo momento se tiene la necesidad de tomar definiciones ante problemas concretos y brindar asesoría en la toma de decisiones con el propósito de responder a las inquietudes de clientes o asesorados de la manera que más refleje la operación motivo de la consulta.

Desempeñarse con un adecuado criterio profesional permite discernir y dar solución a las diversas problemáticas y retos que se presentan durante el ejercicio constante de la profesión.

Dentro del Código de Ética Profesional (CEP) hay una serie de herramientas que se deben trabajar constantemente, así como de manera permanente, pues orientan con el objetivo enriquecer las habilidades para construir criterios sólidos y que valen la pena repasar:

  • La diligencia: abarca la responsabilidad de actuar de acuerdo con los requisitos de un trabajo, de manera cuidadosa, minuciosa y oportuna.
  • Un servicio profesional competente a clientes y organizaciones: requiere el ejercicio de un buen juicio al aplicar el conocimiento y la habilidad profesionales.
  • El juicio profesional: implica la aplicación de capacitación relevante; conocimiento profesional; habilidad y experiencia adecuada con respecto a los hechos (y circunstancias), incluyendo la naturaleza y el alcance de las actividades profesionales particulares; así como los intereses y relaciones involucradas.
  • La comprensión de hechos y circunstancias conocidas: es un requisito previo para la aplicación adecuada del marco conceptual. La determinación de las acciones necesarias para lograr esa comprensión y llegar a una conclusión sobre si se han cumplido los principios fundamentales también requiere ejercer el juicio profesional.

De manera autorreflexiva, una gran pregunta que resulta innegable para evitar caer en criterios que causen adversidades es: ¿qué riesgos se pueden enfrentar al emitir un juicio?

En este punto hay que enfrentarse a elementos que pudieran sesgar el criterio, algunos considerados como de mayor relevancia son:

  • Dependencia financiera
  • Desconocimiento técnico o falta de actualización
  • Ausencia o débil supervisión
  • Metodología y falta de mecanismos de control (que, por ende, denotaría áreas de oportunidad ante la identificación oportuna de riesgos)
  • Una innegable presencia de potenciales conflictos de interés

Son del conocimiento público los escándalos que ha sufrido la profesión por no aplicar el blindaje y las herramientas adecuadas, así como por no dar prioridad a evitar la pérdida clientes. Se tienen dos casos importantes en la década de los 90: Flowtex (Alemania) por ventas ficticias durante los años 90, así como Enron (EUA) con la situación de papeles ficticios, entre otras cuestiones.

Un caso muy reciente (en 2020) fue Wirecard en Alemania, que cuenta con una demanda colectiva por el impacto a grandes y pequeños inversionistas derivado de la falta de visibilidad en las cifras que reflejaran su situación de bancarrota.

Las situaciones anteriores claramente han tenido consecuencias en las firmas globales que representan (en gran medida) a la profesión, por lo cual, a nivel organizacional, algunas de las firmas involucradas en estos casos fueron absorbidas hasta reducir a la mitad el número de ellas y tener las actuales Big Four.

Constantemente se deben aplicar criterios robustos, ya que, en todo momento se tiene la necesidad de tomar definiciones ante problemas concretos y brindar asesoría en la toma de decisiones.

El tema de fondo es impulsar a la profesión para tener una mejor reacción ante estos eventos y conservar la confianza en el desempeño de nuestros servicios profesionales. También van apareciendo iniciativas como separar en diferentes razones sociales los servicios de consultoría para evitar conflictos de interés (con auditores financieros externos), entre otras acciones en el ámbito de revisiones de calidad que deben apoyar a la prevención; lo cual, sin duda, encamina a cada día actuar con directrices más sólidas, eficientes y eficaces para conservar la confianza de los asesorados.

Los anteriores riesgos, remiten (como profesionales) a buscar el blindaje adecuado para soportar un criterio con herramientas y acciones preventivas diversas. Ya sea en el rol como asalariados o asesores externos, se tiene cierta dependencia financiera que es inevitable, pero, al mismo tiempo, se deben tener presentes las potenciales y muy graves consecuencias que se experimentan al detonar un beneficio o perjuicio a cifras que desvirtúe la fidelidad de las operaciones; que, a su vez, puede ocasionar impactos inimaginables para una sociedad o individuo.

Es de suma importancia acentuar la necesidad de contar con herramientas adecuadas para el buen desempeño del contador en la aplicación de conocimientos técnicos.

Conclusiones

Derivados de este análisis, hay tres puntos a conservar.

  1. No es suficiente el conocimiento técnico sólido, también se requieren habilidades de experiencia, evidencia, análisis y evaluación de impacto para aportar un servicio no sólo profesional, sino con beneficios sociales (resulta insuficiente hacer lo mínimo requerido).
  2. El criterio es un ingrediente de suma importancia en el ejercicio de la profesión, ya que, los servicios que se prestan son de repercusión social significativa (desde el ángulo financiero).
  3. Desempeñarse con un adecuado criterio profesional (formado con todas las bases y acciones necesarias ante los cambios tan dinámicos del mercado) permite discernir y dar solución a las diversas problemáticas y retos que se presentan durante el ejercicio constante de la profesión.


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