Considerando esto y enfocándonos en el ámbito laboral, un tema controvertido y álgido en su resolución son los conflictos a los que se enfrentan las organizaciones de forma interna y externa con sus colaboradores, ¿cómo la ética es una pieza fundamental para la solución?
Para comenzar, es pertinente recordar qué es un conflicto; éste tiene su origen en el latín confluctus y la Real Academia Española (RAE) lo define como: “Combate, lucha, pelea o enfrentamiento”. En este orden de ideas, se pueden definir los conflictos laborales como un confrontamiento que se da entre las partes involucradas en una relación laboral, motivado por un desacuerdo, consecuencia de la percepción y la creencia.
Los conflictos laborales pueden ser clasificados según las partes que intervienen y las causas que los motivan:
Los desacuerdos pueden darse por malentendidos a causa de una comunicación deficiente, transmisión de mensajes o datos incompletos o erróneos, intereses o necesidades diferentes entre los miembros de un equipo, entre otros.
Otra causa que motiva los conflictos en las organizaciones se relaciona con la estructura que se tiene en éstas. Algunos ejemplos de ello son la desigualdad de jerarquías, la distribución inequitativa de recursos y trabajo, así como el favoritismo con algunos grupos dentro de la empresa.
Los conflictos laborales en México no son un caso aislado, por ende, las Juntas Locales de Conciliación y Arbitraje fungen como un organismo regulador entre patrones y trabajadores cuando surgen conflictos laborales que no llegan a solucionarse en el interior de la organización.
A partir de 2019, con la reforma judicial, se dio la creación de los Tribunales Laborales Locales (TLL), que son los encargados de llevar a cabo los juicios que se derivan de la falta de conciliación entre las partes. Los centros de conciliación clasifican los conflictos a los que le dan atención en tres bloques:
De acuerdo con los reportes estadísticos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), se tienen los siguientes datos:
Fuente: Boletín de prensa 384/24 del 25 de junio de 2024 del Inegi.
Promover la ética en las organizaciones como parte de la práctica laboral reduce los conflictos internos; además, contribuye a una mayor retención del talento y un clima laboral más positivo. Lo anterior pone en evidencia la relevancia que tiene fomentar la cultura ética en las organizaciones para prevenir y resolver conflictos de manera eficaz.
Sumado a ello, actuar de manera anticipada es la mejor forma de evitar situaciones que originen conflictos con o entre los trabajadores; por ello, es importante considerar y promover lo siguiente:
Las figuras de liderazgo son quienes mejor conocen a los miembros de su equipo y en ellos recae la responsabilidad de que el trabajo se cumpla correctamente; por ello, es conveniente que estos tengan ciertas cualidades, tales como asertividad, empatía, comunicación efectiva, ética, etc. Estas características les permitirán ofrecer soluciones asertivas y lograr acuerdos entre los involucrados a través de procesos eficientes de resolución de conflictos.
La ética proporciona un marco de referencia fundamental en la solución de los conflictos, pues busca gestionar las diferencias de manera justa y equitativa para todos los involucrados. Asimismo, es necesario que las organizaciones ejerzan el liderazgo adecuado para cada situación que se presente y promuevan la ética en todos los niveles con la intención de minimizar los conflictos.
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