El tema de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) no es nuevo, tiene toda una historia detrás; pero es, sin duda, en la última década en la que la relación entre empresa, sociedad y el establecimiento de la responsabilidad que las organizaciones guardan hacia ésta y que, engloba elementos como medio ambiente, sustentabilidad y gobernanza (ESG por sus siglas en inglés), lo que obliga a establecer parámetros no discrecionales al respecto.
Lo anterior es porque el impacto que las instituciones tienen con el medio debe ser medido y controlado y, adicionalmente, debe considerarse como parte de la información financiera que generan las organizaciones, por lo que, actualmente están obligadas a establecer elementos de informe dentro de sus reportes anuales en cuanto al cumplimiento social, particularmente sus actos relacionados con la sustentabilidad, el manejo de recursos y el trato hacia las personas.
De acuerdo con la página de la Secretaría de Economía, la responsabilidad social se define como la contribución activa y voluntaria al mejoramiento social, económico y ambiental por parte de las empresas con el objetivo de mejorar su situación competitiva, valorativa y su valor añadido.
En esta conceptualización es importante señalar que, aunque se busca una contribución activa y voluntaria por parte de la empresa que se oriente al mejoramiento social, queda también remarcado que el objetivo es una mejora para la organización que conduzca a que la empresa genere un diferenciador que le permita crecer y obtener mayores beneficios en un mercado cada vez más ávido de organismos empresariales preocupados por el medio ambiente, la igualdad y otros elementos relacionados con la sociedad y la sustentabilidad.
Previo a que se conceptualizara la responsabilidad social como se hace hoy, la relación empresa y sociedad se definía a través del interés público, sólo que se debe considerar que este último incluye, en determinado momento, la intervención del Gobierno como un factor preponderante en esta relación.
El interés público es un concepto que se refiere a aquello que beneficia a la sociedad en general en contraposición a los intereses privados de un individuo o grupo en particular. Se trata de una idea fundamental en la política y en la filosofía del derecho; asimismo, se utiliza para justificar la intervención del Estado en la regulación de ciertos asuntos que afectan al bienestar de la comunidad.
En general, se considera que las decisiones que se toman en función del interés público buscan maximizar el bienestar de la sociedad en su conjunto, incluso si eso significa sacrificar ciertos intereses individuales o de grupos particulares. Es importante señalar que el concepto de interés público a menudo es objeto de debate y controversia, ya que, su definición puede variar dependiendo de la perspectiva y los intereses en juego. La pregunta obligada es: ¿cómo se relacionan el interés público y la responsabilidad social?
La responsabilidad social y el interés público están estrechamente relacionados, pues lo explicado previamente denota elementos comunes como el beneficio de la sociedad, de los grupos minoritarios y mayores elementos de igualdad; ambos conceptos tienen como objetivo mejorar el bienestar de la sociedad en su conjunto.
Responsabilidad social: Se refiere a la obligación que tienen las empresas y otras organizaciones de actuar de manera ética y contribuir al desarrollo sostenible de la comunidad en la que operan. |
Interés público Se refiere a los intereses de la sociedad en su conjunto y busca maximizar el bienestar de la comunidad, incluso si eso significa sacrificar intereses individuales o de grupos particulares. |
Las empresas y otras organizaciones pueden contribuir al interés público al asumir una responsabilidad social efectiva. Esto implica que las empresas deben considerar no sólo su rentabilidad financiera, sino también el impacto que sus actividades pueden tener en la sociedad y el medio ambiente.
Ahora bien, la cuestión es si se debe comprender entonces que la responsabilidad social es el elemento que las empresas deben desarrollar y demostrar para que, a partir de ello, el interés público compruebe que dichas acciones van orientadas a generar mejoras sociales, ambientales y de manejo de recursos, por mencionar algunas.
Existen diferentes enfoques y marcos de referencia para definir los elementos que debe cumplir una empresa para ser considerada socialmente responsable; sin embargo, a continuación, se presentan algunos de los elementos comúnmente aceptados:
Las empresas socialmente responsables deben tener un enfoque ético y actuar de acuerdo con valores y principios como la transparencia, la honestidad, la integridad y el respeto por los derechos humanos.
Las organizaciones deben ser conscientes de su impacto social y ambiental; a partir de ello, deben tomar medidas para minimizar los impactos negativos y maximizar los positivos; esto incluye el respeto de los derechos laborales, el compromiso con la diversidad y la inclusión, la promoción del desarrollo sostenible y la contribución a la comunidad.
Las empresas socialmente responsables deben tener una estructura de gobierno corporativo sólida y transparente, que asegure la rendición de cuentas y la responsabilidad ante los accionistas, empleados y la sociedad en general.
Las organizaciones deben considerar a todos sus stakeholders (partes interesadas) al tomar decisiones y desarrollar estrategias, lo que incluye a empleados, clientes, proveedores, comunidad y el medio ambiente.
Las empresas socialmente responsables deben comunicar abierta y transparentemente sus actividades, así como su desempeño en materia de responsabilidad social e informar sobre sus decisiones y acciones.
En cuanto a esto último, hay varias tendencias y enfoques emergentes que vale la pena mencionar:
Muchas empresas están tomando medidas para abordar las desigualdades y la falta de diversidad en el lugar de trabajo y en la sociedad en general.
La crisis climática sigue siendo un tema crítico y, por lo tanto, muchas empresas están tomando medidas para reducir su impacto ambiental y promover la sostenibilidad.
Los consumidores están cada vez más interesados en saber de dónde vienen los productos que compran y cómo se producen; por ende, muchas empresas están trabajando para garantizar que sus cadenas de suministro sean éticas y transparentes.
La contingencia sanitaria ha llevado a muchas empresas a tomar medidas para apoyar a sus empleados, clientes y comunidades.
En general, la responsabilidad social está evolucionando para incluir una gama más amplia de problemas sociales y ambientales; asimismo, las empresas están adoptando un enfoque más holístico y orientado hacia el impacto en lugar de centrarse sólo en la filantropía o la imagen pública.
En la misma línea, el interés público ha evolucionado para adaptarse a las necesidades actuales de la responsabilidad social de varias maneras:
Actualmente el Estado desempeña un papel importante en la promoción del interés público y la responsabilidad social. Los gobiernos han desarrollado marcos legales y regulatorios para promover prácticas empresariales responsables y se han establecido instituciones para supervisar y hacer cumplir estas prácticas.
El interés público y la responsabilidad social se han ampliado para incluir una variedad de temas que antes no se consideraban relevantes; esto incluye cuestiones como igualdad de género, diversidad e inclusión, lucha contra el cambio climático, así como la protección de los derechos humanos y laborales.
La sociedad civil ha desempeñado un papel cada vez más importante en la promoción del interés público y la responsabilidad social. Las organizaciones no gubernamentales, los grupos de defensa de los derechos humanos y los movimientos sociales han presionado a las empresas para que adopten prácticas más responsables y han aumentado la conciencia pública sobre la importancia de la responsabilidad social.
Los consumidores también han desempeñado un papel importante en la promoción de la responsabilidad social empresarial; están cada vez más interesados en las prácticas empresariales responsables; buscan productos y servicios que reflejen sus valores éticos y sociales.
En resumen, el interés público ha evolucionado para adaptarse a las necesidades actuales de la responsabilidad social en respuesta a los cambios sociales, económicos y políticos que han tenido lugar en el mundo. Esta evolución ha llevado a un mayor papel del Estado, la ampliación del ámbito de aplicación, la participación de la sociedad civil y el cambio en las expectativas de los consumidores.
El tema es sumamente amplio; pues apenas se han vislumbrado los elementos iniciales del interés público y la responsabilidad social, aún falta generar un enlace hacia la contaduría pública y, buscar con ello, establecer los criterios sobre los cuales la contaduría se ha delimitado como una especie de guardián del interés público y, a la vez, ha debido adaptarse a las necesidades actuales y evolucionar para cumplir con los criterios que diversos organismos internacionales y reguladores bursátiles requieren para comprobar que las acciones relativas a responsabilidad social y a temas ESG en realidad son elementos que impactan la información que presentan las organizaciones a nivel mundial.
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