Asimismo, en años recientes, se ha observado que empresarios mexicanos con empresas en países terceros están continuando las operaciones de sus organizaciones en Canadá, buscando la expansión de mercados y, en general, las protecciones del sistema jurídico que este país ofrece a la propiedad intelectual, patentes, marcas e inversiones. Esta situación ha ocasionado una cantidad significativa de retos fiscales que aquí se discuten.
Se trata de un sistema híbrido compuesto por una serie de leyes y reglamentos que establecen las normas del cumplimiento fiscal en Canadá, éstas aplican para los residentes y no residentes que obtienen ingresos de una fuente de riqueza en el país. Sin embargo, estas regulaciones, en ocasiones, no proporcionan una definición clara de algunos conceptos relevantes, tal como es el caso de la residencia ordinaria para personas físicas o empresas.
Estos conceptos han sido interpretados a lo largo de los años tomando en consideración las resoluciones de los tribunales o de la Suprema Corte de Justicia, generando precedentes que autoridades, contribuyentes y las mismas instancias judiciales deben tomar en consideración.
En materia de residencia fiscal de personas físicas, la Ley del Impuesto Sobre la Renta (LISR) canadiense establece dos conceptos: residencia presunta y residencia ordinaria.
El precedente más significativo en esta materia, resuelto por la Suprema Corte de Justicia en 1946, ha sido considerado en múltiples ocasiones y se han establecido reglas a seguir en cada caso. Dichas reglas definen los conceptos de vínculos primarios o secundarios en Canadá, los cuales han sido codificados en un folio fiscal emitido por la autoridad fiscal de ese país para información general.
En los últimos años, se han discutido diversos casos en los tribunales canadienses donde una persona física ha argumentado la aplicación de diversos tratados fiscales para desvincularse de Canadá. En todos los casos, los tribunales han analizado las circunstancias particulares de los individuos, esto al amparo del precedente de 1946 para determinar si los vínculos son lo suficientemente significativos como para considerar a dichas personas como residentes ordinarios.
Las personas físicas que adquirieren la residencia fiscal en Canadá están obligadas a presentar una declaración anual del ISR, considerando el año calendario como el ejercicio fiscal y acumular la totalidad de sus ingresos a nivel mundial a partir de que se adquiriere dicha residencia.
El primer ejercicio fiscal comienza a partir de la fecha en que se adquiere la residencia (por ejemplo, el 31 de marzo) y concluirá el 31 de diciembre del año correspondiente. La declaración anual del ISR, que se presenta en el formulario T1, tiene como fecha límite el 30 de abril del año siguiente.
Asimismo, una persona física que mantiene bienes o inversiones fuera de Canadá (acciones de empresas mexicanas, bienes inmuebles en renta, otras inversiones de portafolio, etc.) debe presentar declaraciones informativas, reportando tanto sus tenencias accionarias en empresas afiliadas como todas las demás inversiones que generan ingresos pasivos.
Doble tributación: uno de los temas a considerar para una persona física que inmigra a Canadá es que, regularmente, dicha persona, al menos durante el primer ejercicio fiscal, corre el riesgo de ser considerado residente fiscal en Canadá y México, esto se debe a las complicaciones para suspender su Registro Federal de Contribuyentes (RFC) en México. Cada persona debe analizar sus riesgos particulares, pues en ocasiones, pueden surgir situaciones de doble tributación. | |
Herencias: cuando un inmigrante mexicano en Canadá, que ya se ha convertido en residente fiscal en este país y ha dejado de serlo en México, dado que pudo suspender su RFC y recibe bienes inmuebles o acciones de empresas en herencia, dicha adquisición a título gratuito está sujeta a imposición en México bajo las reglas del título V de la LISR. La tasa del impuesto en ambos casos es de 25% sobre el valor de mercado de los bienes adquiridos a título gratuito por herencia. | |
Dividendos: un factor a considerar es que los ingresos por dividendos recibidos de empresas mexicanas estarían sujetos a tributación, esto sin la posibilidad de acreditar el impuesto pagado por la sociedad que los distribuye. Cuando el monto de estos es significativo, las tasas de imposición en Canadá pueden llegar a 53% para los dividendos que excedan de 250,000 dólares canadienses. Sólo se podrán acreditar, en su caso, las retenciones aplicables a los dividendos en los términos del tratado fiscal. | |
Pensiones: asimismo, los ingresos por las pensiones recibidas de instituciones mexicanas no gozan de exención en Canadá, por lo tanto, estarían sujetas a imposición sin deducción alguna. |
Por su parte, en los últimos años se han observado “continuaciones” en Canadá de empresas originalmente constituidas por mexicanos en terceras jurisdicciones. Estas empresas buscan diversas razones comerciales o de negocios, tales como la expansión de mercados, la protección de inversiones, la propiedad intelectual, marcas u otros intangibles.
Una empresa se considera residente fiscal en Canadá si mantiene su centro de administración principal en ese país, o bien, si su control es ejercido desde dicha nación por un individuo o grupo.
El proceso de continuación de una empresa en Canadá es un procedimiento “provincial” y será cada provincia la que determine las aprobaciones correspondientes. Una vez aprobada la continuación e inscrita en el Registro Público de Empresas de Canadá, dicha entidad será considerada como residente fiscal en ese país.
Es importante tener un buen entendimiento de las obligaciones fiscales en Canadá antes de emigrar a ese país o continuar las operaciones de una empresa procedente de una jurisdicción distinta, pues las reglas de cumplimiento, así como la determinación de las bases fiscales, pueden ser muy diferentes de las de México.
Una persona mal asesorada podría enfrentar situaciones de riesgo ante auditorías de la autoridad fiscal, lo que resultaría en multas o recargos importantes por falta de cumplimiento en tiempo, ya sea de las declaraciones del ISR o de las declaraciones informativas mencionadas con anterioridad.
El compliance aduanero es altamente recomendable, pues las organizaciones deben implementar medidas continuas para identificar y mitigar riesgos en las operaciones de comercio exterior.
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