En este contexto, la sistematización de procesos contables y administrativos se ha convertido en una herramienta para garantizar el cumplimiento normativo, fortalecer la confianza pública y asegurar la sostenibilidad institucional.
El presente texto explora cómo las donatarias pueden transitar de una gestión tradicional a una cultura de transparencia, apoyándose en la legislación fiscal, la normatividad contable, el Código de Ética Profesional, el Código de Principios y Mejores Prácticas de Gobierno Corporativo del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), así como los principios de responsabilidad social contenidos en la norma ISO 26000.
Las donatarias autorizadas están reguladas principalmente por la Ley del Impuesto Sobre la Renta (LISR) en su título III, y por disposiciones complementarias de la Resolución Miscelánea Fiscal (RMF). Entre sus principales obligaciones destacan:
Estas obligaciones están detalladas en el portal de donatarias del SAT, donde se especifica que las organizaciones deben estar al corriente en sus obligaciones fiscales y presentar su declaración anual antes del 15 de febrero de cada año.
El Código de Ética Profesional del Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP) establece principios que deben guiar la labor del contador en el sector de donatarias:
El contador también es responsable de garantizar que la información financiera refleje la realidad operativa de la organización, fortaleciendo la confianza de donantes, beneficiarios y autoridades fiscales.
El Código de Principios y Mejores Prácticas de Gobierno Corporativo del CCE recomienda estructuras organizacionales que promuevan la transparencia y la rendición de cuentas. Aunque originalmente fue diseñado para empresas, sus principios aplicables a donatarias son:
Estas prácticas permiten que las donatarias operen con estándares similares a los de empresas privadas, elevando su reputación y capacidad de atraer donativos.
La transparencia y la rendición de cuentas no son sólo principios éticos, sino obligaciones legales y estratégicas para las donatarias autorizadas. En México, estas organizaciones deben presentar una declaración informativa de transparencia ante el SAT, conforme al artículo 82.° (fracción VI) de la LISR y las reglas 3.10.11, 3.10.1.23 y 3.10.1.24 de la RMF. Esta declaración incluye información contable y fiscal detallada, sectores beneficiarios, municipios donde se opera, uso y destino de los donativos recibidos, así como las actividades realizadas durante el ejercicio fiscal.
A diferencia de otras declaraciones tributarias, esta tiene un carácter público, lo que permite que cualquier persona interesada consulte los datos a través del portal del SAT. Esto convierte a la transparencia en un mecanismo de legitimación social, ya que los donantes pueden verificar que sus aportaciones se utilizan conforme al objeto social autorizado.
Según Beatriz Valles (2024), “la transparencia permite que la ciudadanía conozca la labor de las OSC (Organizaciones de la Sociedad Civil) y genera confianza al saber que los donativos están dirigidos al cumplimiento del objeto social”. Además, el incumplimiento de esta obligación puede derivar en sanciones conforme al artículo 81.° (fracción XLIV) del CFF.
La rendición de cuentas, por su parte, implica no sólo informar, sino explicar y justificar el uso de los recursos. Se requiere una colaboración activa entre los equipos contables, fiscales, operativos y administrativos, así como la implementación de sistemas que permitan registrar, validar y comunicar la información de manera clara y accesible.
La ISO 26000 proporciona una guía para integrar la responsabilidad social en la operación diaria de las organizaciones. Sus siete temas centrales son especialmente relevantes para las donatarias:
Implementar estos principios fortalece la legitimidad social de la donataria y la alinea con estándares internacionales de comportamiento.
La sistematización no es sólo una cuestión técnica, sino una estrategia de gobernanza. Algunas acciones incluyen la migración ordenada de registros físicos a digitales, capacitación continua del personal contable y administrativo, uso de ERP (Planificación de Recursos Empresariales, por sus siglas en inglés) y plataformas contables compatibles con el SAT, auditorías periódicas y validación de registros electrónicos, así como una comunicación continua, clara y accesible de informes a donantes y autoridades.
Estas prácticas permiten a las donatarias cumplir con sus obligaciones fiscales y contables; asimismo, coadyuvan a la construcción de una cultura organizacional basada en la transparencia y la mejora continua.
La transición de la gestión a la transparencia en las donatarias autorizadas en México requiere una visión integral que combine cumplimiento normativo, ética profesional, buenas prácticas corporativas y responsabilidad social.
La sistematización de procesos fortalece la confianza pública, la sostenibilidad institucional y el impacto social de estas organizaciones.
Para una auditoría efectiva en donatarias autorizadas, la entidad debe proporcionar toda la documentación requerida de manera clara, ordenada y oportuna.
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