Este artículo analiza la relación entre ética y contaduría, el impacto del Código de Ética Profesional en la calidad del servicio, así como el papel de la Junta de Honor en la supervisión y cumplimiento de los principios éticos.
La ética, en términos generales, es el estudio de los valores morales que guían la conducta humana, especialmente, en el contexto de la toma de decisiones sobre lo correcto y lo incorrecto. En el ámbito de la contaduría pública, la ética adquiere un carácter normativo, pues los contadores se enfrentan a situaciones que exigen juicio profesional, integridad y responsabilidad ante terceros (incluidos clientes, inversionistas y sociedad en general).
En la contaduría, la ética se traduce en la capacidad de presentar información financiera veraz, objetiva y precisa. La relación ética-contaduría es esencial porque la profesión contable depende de la confianza que depositan los usuarios en los informes y auditorías que los profesionales emiten. Si un contador actúa de manera poco ética, compromete la integridad de la información financiera, lo que puede tener consecuencias graves para la economía y la estabilidad de las organizaciones.
El Código de Ética Profesional establece los principios que deben guiar la conducta de los contadores, tales como la integridad, objetividad, independencia y confidencialidad. Estos principios son universales y buscan garantizar que los contadores públicos ofrezcan servicios que no sólo cumplan con los requisitos técnicos, sino que también respeten los más altos estándares morales y profesionales.
El principio de integridad exige al contador actuar con honestidad y rectitud, evitando cualquier conducta que pueda dañar su reputación o la de la profesión. Al proporcionar servicios de calidad, los profesionales deben asegurarse de que sus informes sean exactos y completos, lo que ayuda a prevenir fraudes y malas prácticas. La objetividad, por su parte, es fundamental para que los contadores puedan emitir juicios imparciales, esto sin verse influenciados por conflictos de interés. El Código de Ética Profesional asegura que los contadores mantengan su independencia, lo que es crucial para que sus informes sean confiables.
La calidad de los servicios contables está íntimamente ligada a la competencia profesional. El código exige a los contadores mantener su capacitación y conocimientos actualizados, lo que garantiza que sus servicios estén a la altura de las necesidades del cliente.
Asimismo, otro principio clave es la confidencialidad, ya que, los contadores tienen acceso a información privilegiada y sensible. Respetar la confidencialidad es esencial no sólo para proteger a sus clientes, sino también para mantener la confianza en la profesión contable.
La Junta de Honor del Colegio de Contadores Públicos de México es un órgano disciplinario que vela por el cumplimiento del Código de Ética Profesional, el decoro y buen nombre de la profesión, así como los principios rectores de la práctica contable. Esta junta tiene la responsabilidad de supervisar la conducta de los contadores colegiados y, en caso de infracción ética, aplicar las sanciones correspondientes.
El papel de la Junta de Honor es vital para garantizar que los contadores cumplan con los estándares éticos, pues supervisa el comportamiento profesional investigando denuncias y quejas sobre posibles violaciones en la materia; además, dicho ente puede imponer sanciones en los casos en los que se detecten faltas (desde amonestaciones hasta la suspensión del ejercicio profesional). Estas sanciones actúan como un disuasivo para que los contadores mantengan una conducta ética y profesional.
Para ello, el reglamento de la Junta de Honor establece los procedimientos para conocer las denuncias presentadas, o bien, seguir de oficio aquellas causas que sean notificadas por las autoridades fiscales. De manera sucinta, el procedimiento contempla que el secretario de la Junta de Honor verifique que las denuncias presentadas cumplan los requisitos mínimos fijados por el reglamento respectivo y, en su caso, emita las prevenciones correspondientes al denunciante.
Si la denuncia es procedente, se formulará un acuerdo de admisión y se turnará a un equipo sustanciador (compuesto por integrantes de la junta). El equipo de trabajo notificará al socio denunciado la apertura de la investigación y le permitirá aportar los elementos de defensa que considere apropiados. Una vez concluida la fase de aportación de pruebas, el equipo dará a conocer un proyecto de dictamen al socio denunciado para que pueda aportar, por última vez, alegatos y pruebas pertinentes.
El equipo sustanciador presentará, ante el pleno de la Junta de Honor, el proyecto de dictamen, mismo que podrá ser aprobado o modificado por este pleno. Tras lo anterior, se emitirá el dictamen definitivo, así como la resolución con la sanción que haya sido fijada, para ser notificada al socio denunciado. Es importante señalar que las resoluciones de la Junta de Honor son inapelables en el ámbito del Colegio.
En todo momento, los integrantes de la Junta de Honor deberán regirse bajo los principios de objetividad, imparcialidad, legalidad y transparencia. En caso de conflicto de interés o independencia, se abstendrán de participar como miembros del equipo sustanciador o emitir su voto en el pleno del órgano regulador.
Asimismo, la Junta de Honor promueve la mejora continua al identificar áreas en las que los contadores necesitan mejorar sus prácticas y ofrecer capacitaciones o directrices adicionales. Este enfoque refuerza la prestación de servicios de calidad al elevar los estándares profesionales; por otro lado, su trabajo fortalece el compromiso de los contadores con la ética y la calidad al asegurar que las acciones inapropiadas sean corregidas y que la confianza en la profesión contable se mantenga.
La ética es un pilar fundamental en la contaduría pública y su correcta aplicación garantiza la transparencia y fiabilidad en la información financiera. El Código de Ética Profesional y la supervisión de la Junta de Honor son herramientas esenciales para asegurar que los contadores públicos en México brinden servicios de alta calidad, manteniendo la confianza del público y contribuyendo a la estabilidad económica del país.
En un entorno financiero cada vez más complejo, el respeto a los principios éticos no sólo protege la reputación de los contadores, sino que también fortalece el sistema económico en su conjunto.
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