Derivado de la guerra comercial que existe entre China y EUA, las compañías buscan nuevas ubicaciones geográficas con políticas de comercio más amigables, las cuales se traducen, específicamente, en tasas impositivas reducidas, así como en evitar barreras no arancelarias que limiten el intercambio internacional de productos.
México cuenta con varios tratados de libre comercio y acuerdos comerciales que lo posicionan como un destino ideal para el nearshoring.
La disputa comercial entre estas potencias económicas trae consigo grandes conflictos en el abastecimiento de energía, transporte marítimo y materias primas; circunstancias que han llevado a las grandes compañías a evaluar la forma de acercar las cadenas de suministro a sus consumidores finales. Dicha situación implica realizar esquemas de análisis integral sobre los costos, las regulaciones, así como los beneficios relacionados con las cadenas de suministro.
Por lo anterior, resulta relevante voltear a ver a México como una alternativa importante en la relocalización de las cadenas de suministro, esto debido a su posición geográfica y apertura al comercio exterior, pues forma parte de:
Todo esto es de vital relevancia, principalmente por los beneficios arancelarios que otorgan las mercancías manufacturadas en la región, además del tema comercial que enfrentan China y EUA. En este sentido, se comparten algunos de los factores que posicionan a México como uno de los países más atractivos para el nearshoring:
En materia aduanera, previo a la instalación de una planta o comercializadora en México, es importante considerar que se requiere un análisis integral de las diversas regulaciones aplicables a la operación que se pretenda realizar. Es recomendable tener una línea de tiempo, así como claridad de los diversos procesos a cumplir para realizar operaciones de importación y exportación.
Establecer una empresa en México, además de los procesos propios para constituirse en apego a las leyes mexicanas, requiere analizar el tipo de productos a importar o exportar a nivel de código arancelario; esto para conocer si se requiere de un padrón de importación o exportación general, o bien, de sectores específicos; así como las regulaciones no arancelarias requeridas para el despacho aduanero.
Asimismo, es necesario definir si los bienes serán comercializados en territorio nacional tal como se importan, o bien, si estos serán sujetos a procesos de manufactura o transformación para su posterior exportación directa o indirecta.
En el caso de las empresas que realizarán procesos de manufactura en México con destino a la exportación, existen diversos programas en la materia a evaluar, tales como: Programa IMMEX, Certificación del IVA e IEPS (CIVA-IEPS), PROSEC, Regla Octava, entre otros.
En términos generales, el Programa IMMEX tiene como finalidad diferir el pago del Impuesto General de Importación; mediante la CIVA-IEPS se busca aplicar un crédito equivalente al 100% del IVA de importación. Sin embargo, estos registros requieren una línea de tiempo con respecto a los procesos a realizar ante la autoridad, sus tiempos de respuesta, así como la óptima implementación de los controles que correspondan a la empresa para el cumplimiento de las respectivas regulaciones aduaneras.
De igual forma, el análisis de las reglas de origen correspondientes a la aplicación de preferencias arancelarias al momento de la importación o exportación (al amparo del algún tratado de libre comercio), cobra vital relevancia; esto al considerar que México cuenta con varios tratados de libre comercio y acuerdos comerciales.
Actualmente, debido a las nuevas regulaciones, no es suficiente el hecho de contar con un certificado de origen. Se debe contar, de forma estricta, con el análisis de las respectivas reglas de origen, así como implementar los controles del soporte documental que ampara el cumplimiento de dichas reglas.
Lo anterior implica el soporte documental de facturas, estructuras de materiales, costos, registros contables, entre otros; no sólo en México, sino de los proveedores en el extranjero que envían los bienes al país para su importación, considerando que dicho soporte debe mantenerse por al menos cinco años (plazo de prescripción general).
El compliance aduanero es altamente recomendable, pues las organizaciones deben implementar medidas continuas para identificar y mitigar riesgos en las operaciones de comercio exterior.
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