uando se habla de la conmemoración por cien años de una organización o institución, regularmente se hace alusión a una trayectoria continua a través del tiempo que, sin duda, es un gran logro; sin embargo, considero que lo verdaderamente valioso de cumplir cien años de existencia consiste en tres grandes acciones que propongo a continuación y que están íntimamente ligadas a nuestro Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP) que el próximo 6 de octubre cumplirá su centenario.
Comprender las motivaciones, anhelos, sacrificios, victorias y derrotas, los aciertos, afectos y discordias de quienes se comprometieron con este proyecto (que no lo vieron desde afuera, sino que lo construyeron por dentro desde la raíz y hasta el último detalle que hoy en día se puede observar) es honrar a sus fundadores, integrantes (anteriores y actuales) y darles el reconocimiento y encomienda: continuar con la obra y mejorarla.
En mayo de 1907 fue el momento en que nació oficialmente la profesión contable, por lo que, estamos por celebrar el 116 aniversario; pero fue en 1923 cuando se creó el IMCP; 11 contadores encabezados por Fernando Díez Barroso (primer contador de comercio titulado) logran darle vida a la Asociación de Contadores Titulados que, con el paso de los años, cambió su nombre por el actual Instituto Mexicano de Contadores Públicos, actualmente integrado por 60 colegios a nivel nacional.
Aquí entonces la pregunta obligada que como asociados debemos responder: ¿estoy contribuyendo a mi profesión con la mejor versión de mí mismo y ayudo a cumplir con la misión y visión del IMCP? La respuesta que demos marcará las acciones que van a identificar al IMCP en adelante.
Finalmente, y como parte de este centenario, quiero expresar:
Por sus costumbres y tradiciones, sus hermosos paisajes, la calidez de sus habitantes, la solidaridad de su alma, porque aquí están mis raíces, por su gran historia y su gran futuro, ¡estoy orgulloso de ser mexicano!
Por el gran amor que me manifiestan, por sus cualidades y defectos, por la herencia de la que me han dotado, su acompañamiento, comprensión y certeza, ¡amo a mi familia y estoy orgulloso de pertenecer a ella!
Por lo grandioso de su presencia, su aportación a la sociedad, sus exigencias éticas, la fraternidad que representa y su gran compromiso profesional y social, amo a mi profesión y afirmo que ¡es un honor ser contador público!
El seguimiento del gasto público es crucial para asegurar que los objetivos establecidos en el presupuesto se estén cumpliendo de manera efectiva y eficiente.
Nicolás Domínguez GarcíaEl Código de Ética Profesional fortalece la práctica contable en su desarrollo humano y profesional con altos estándares en beneficio de la sociedad.
Adriana Berenice Villagómez Palatto, Edgar Alejandro Romero LeónCuando exista un riesgo legal al interceder por un cliente, el contador debe documentar cada situación que amenace su prestigio y el de la profesión.
Marysol Rocha Vázquez, Irving David Beltrán CalderónLas Normas de Atestiguamiento, adopatadas por la Conaa, son un compromiso con la ética profesional y aseguran la calidad en los servicios del contador público.
Rodrigo Adrián Ramírez Venegas© 2025 Colegio de Contadores Públicos de México, A.C.
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